El auto se detuvo frente a la cabaña, y aunque la familia Lamonsoff había estado viajando por horas, la emoción de estar finalmente en el lago les dio una energía renovada. Eric, con su característica alegría, saltó del vehículo como si hubiera terminado de dar un paseo por el parque.—¡Llegamos! —gritó Eric, mientras comenzaba a sacar las maletas del auto.
Lenny, siempre el primero en tomar la iniciativa, corrió hacia la puerta de la cabaña con una amplia sonrisa.
—¡El primero en llegar decide las habitaciones! —anunció con voz firme, como si fuera la ley.
Gloria y Rob, como era de esperarse, no perdieron tiempo en ponerse de acuerdo sobre lo que querían.
—¡Nos quedamos con la cama de agua! —dijo Gloria con una sonrisa pícara, mientras señalaba la habitación en la que estaba ubicada.
Rob, con una mirada cómplice hacia ella, asintió.
—¿Vas a nadar por detrás? —preguntó Gloria, sonriendo de manera traviesa.
Donna, que había estado escuchando en silencio, alzó la mano como si estuviera en clase.
—¡Yo también quiero nadar! —dijo con entusiasmo, pensando que ella también podría unirse.
Rob intentó aclarar la confusión, abriendo la boca para explicarle a Donna lo que Gloria quería decir. Pero antes de que pudiera decir una palabra, Sally intervino rápidamente, tapándole los oídos a Donna.
—¡No! —exclamó Sally—. ¡No es necesario saber nada de eso!
Gloria y Rob se quedaron en silencio, tratando de no reír mientras Sally miraba a Donna, que seguía sin entender por qué le tapaban los oídos.
Lenny, viendo que la confusión había quedado atrás, no perdió tiempo y se adelantó.
—¡Bueno! —dijo, levantando la voz—. Como yo llegué primero, la habitación principal será para los niños. ¡Y nadie se queje de eso!
Donna, que había seguido jugando con la idea de "nadar", hizo una cara de decepción cuando escuchó la decisión, pero no dijo nada más. Lexie, por su parte, ya había aceptado que este verano estaría lleno de momentos extraños y divertidos.
Eric, observando a su familia, se dejó caer en una silla con una sonrisa satisfecha.
—¡Que empiece la diversión! —dijo, mientras todos se acomodaban.
Después de instalarse en la casa del lago, los adultos se acomodaron en la terraza, bebiendo cervezas y recordando viejos tiempos. Mientras tanto, los niños estaban esparcidos por la sala, algunos quejándose de la falta de señal en sus teléfonos.
—No puedo creer que nos trajeran a un lugar donde no hay WiFi —se quejó Greg
—¿Cómo se supone que voy a ver mis videos? —agregó
Lenny, que los había estado escuchando desde la cocina, se cruzó de brazos con una sonrisa.
—¿Saben? Cuando éramos niños, no teníamos teléfonos, ni internet, ni nada de eso. Solo la naturaleza y nuestra imaginación.
—Qué horror —murmuró greg.
Eric rió desde la mesa.
—Exacto, Lenny. Nuestros veranos aquí eran increíbles. Siempre jugábamos afuera, hacíamos travesuras y nos metíamos al lago con una cuerda.
—¿Y si intentamos eso de nuevo? —propuso Kurt, con una sonrisa desafiante.
Los adultos se miraron con emocion

ESTÁS LEYENDO
Más que amigos
HumorLexie Lamonsoff nunca pensó que un verano con su familia la haría revivir la infancia de su padre... literalmente. Tras la repentina muerte del entrenador Buzzer, Eric Lamonsoff y sus amigos se reencuentran, trayendo consigo recuerdos, risas y una n...