Alma Lunatti es la hija de Cayetano Lunatti, un importante juez de Argentina. Por lo que siempre anda rodeada de guardias y lleva una vida bastante complicada desde que su mamá falleció.
Su padre desde ese entonces, la presiona con él colegio queri...
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Las luces blancas del hospital la hicieron parpadear al entrar a Alma, sintiendo el frío en los pasillos, y un nudo en la garganta por la angustia. Romina la esperaba afuera de la sala de terapia intensiva, con la cara tensa y la mirada perdida.
---- ¿Cómo está?. ---- pregunto Alma con un cierto miedo.
---- Está mal, Alma. ---- le tomo su mano, levantando la vista. ---- Creímos que lo perdiamos, pero se salvó. Y perdón por llamarlo a Cristian. ---- miró sobre el hombro de la rubia, viendo a los amigos en la entrada. ---- Era el único que se me ocurrió, y el más cercano.
---- Si, eso no importa. ---- se encogió de hombros. Todavía los ex novios no habían hablado bien, pero tampoco habían cortado su comunicación por completo. ---- ¿Puedo entrar a verlo?.
Romina asintió, y le abrió la puerta para que pasara.
Pedro seguía ahí, con monitoreo, pálido, y tubos conectados, mientras su pecho subía y bajaba con dificultad.
La rubia se acercó lentamente, y tomo su mano; ---- Pedro... ---- susurro. ---- Ya no me hagas asustar, por favor.
Sus lágrimas no tardaron en caer sobre sus mejillas, empapandolas por completo, y cerró sus ojos con fuerza, mordiendo su labio inferior para no sollozar.
Estaba odiando internamente al grandote de la banda de los Borges, por qué fue al único que vio que le disparó junto a otro desconocido.
De pronto, sintió un leve movimiento en su mano. Abrió sus ojos con el corazón en la garganta.
---- Pedro... ¿Me escuchas?. Soy Alma...
Pasaron unos segundos en silencio, hasta que vio como sus párpados comenzaban a moverse débilmente.
---- Al... Alma... ---- dijo en un susurro con la voz ronca.
Lunatti ahogó un sollozo, y le apretó la mano con desesperación; ---- Si, si, si, soy yo.
Los ojos del ex custodia se entreabrieron lentamente; ---- Pensé que... no iba a aguantar...
---- No digas eso... Te estuve esperando hace tiempo. ---- respondió limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano desocupada. ---- Yo sabía que ibas a aguantar.
---- Estás acá...
---- Si. ---- asintio. ---- Un ex policía me ayudó a salir. Pero, eso te lo cuentos después. Ya vengo, voy a buscar a un doctor. ---- le dijo, soltando su mano pálida.
Pedro intento sonreír, pero por el dolor de su cuerpo le salió una mueca; ---- Se supone que el... el que te cuida soy yo.
---- Lo haces hace dieciocho años, ahora déjame un rato a mi. ---- le mostró una media sonrisa con su vista borrosa por las lágrimas. ---- Ya vengo.