Gi-hun jadeó, pero no se despertó.

Inho continuó su exploración del cuerpo del Pelirrojo, su tacto suave pero posesivo. Trazó la curva de su cadera con una mano llegando acariciar el muslo desnudo.

El Omega se removió en diferente posición, quedando su rostro frente a la del millonario. El corazón del Alfa se aceleró mientras contemplaba el rostro dormido de Gi-hun, sus labios ligeramente entreabiertos, sus largas pestañas proyectando sombras en sus mejillas. Estaba tan pacífico, tan inocente y, sin embargo, tan tentador. No pudo resistir la tentación de saborearlo, de reclamar su boca como había reclamado su cuello.

Se arrimo y sus labios rozaron los de el en un beso ligero como una pluma. Se movió ligeramente, sus párpados se agitaron Pero parecía tan absorto en sus sueños. Animado, In-ho profundizó el beso, su lengua se deslizó dentro de su boca, saboreando su dulzura, deslizo su mano hacia arriba para acariciar su mejilla.

Dejó un rastro de besos a lo largo de su mandíbula, bajo su mano quedando en la cintura de Gi-hun, este gimió suavemente, arqueándose al tacto.

El pelirrojo empezaba a despertar, abriendo sus ojos adormilados, parpadeó lentamente, sus ojos somnolientos se enfocaron en el rostro de In-ho. Se sobresalto aún medio dormido — I..in-ho...—murmuró el, alzando la mano para pasarlo en su pecho y separarlo un poco —. Qué... ¿Qué estás haciendo? —preguntó, con la voz ronca por el sueño y la confusión. Trató de sentarse, pero el brazo de In-ho alrededor de su cintura la mantuvo en su lugar.

El Alfa sonrió, sus ojos con pizca de deseo. — Es una larga historia —dijo con voz baja y ronca—. No dejaba de pensar en ti, en nuestro bebé. Necesitaba verte, tocarte.

Las mejillas del Pelirrojo se sonrojaron de un lindo tono carmesis. Su corazón se aceleró mientras sentía el calor de su cuerpo apretado contra el del Alfa aún cuando su vientre estaba entre ellos, la dureza de sus músculos, la fuerza de sus manos. Debería haberla asustado, pero en cambio, le envió un escalofrío de excitación por la espalda.

— In-ho —susurró con voz temblorosa — Nosotros... No deberíamos...

Pero incluso mientras hablaba, podía sentir que su cuerpo la traicionaba. Sus pezones se endurecieron bajo la camisa holgada y un calor se extendió por sus piernas. El se arqueó para tocarlo, sus caderas presionando contra las suyas.

In-ho gruñó en su garganta, sus ojos brillando de hambre. — ¿No que no deberíamos? —murmuró él con voz ronca — ¿No debería tocarte? ¿No debería reclamarte como mío otra vez?

Sus manos se deslizaron hacia el trasero del Omega — ¿No debería adorar cada centímetro de tu cuerpo? —murmuró él, recorriendo con sus dedos las esponjosas nalgas—. ¿No debería mostrarte cuánto te deseo, cuánto te necesito?

Se montó encima del Omega sin aplastarlo, retiro la camisa holgada del Omega y exponiendo su piel desnuda al aire fresco. Gi-hun jadeó, sus manos volaron hacia arriba para cubrirse y juntar sus piernas, se sentía avergonzado por su embarazo pensando que ya no estaba realmente atractivo como antes, pero In-ho agarró suavemente sus muñecas, sin rudeza sujetándolas por encima de su cabeza.

— No hace falta que te cubras, quiero verte. —dijo él con firmeza autoritaria, con los ojos clavados en los de el—  Quiero memorizar cada curva, cada peca, cada centímetro de tu piel perfecta.

Su mirada se posó en sus pechos, sus ojos se oscurecieron con la lujuria. — Eres tan jodidamente perfecto —susurró, con la voz llena de asombro

El Alfa notó la vacilación en los ojos del Omega en cinta, la forma en que trató de apartarse de su mirada. Él frunció el ceño y apretó ligeramente sus muñecas.

឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ ⩇⩇ . ┊ TERMINADO - 𝐔𝐍𝐇𝐎𝐋𝐘Where stories live. Discover now