anri x isagi

capitulo 50

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Isagi sintió su pecho apretarse mientras su respiración se volvía errática. Su mente aún procesaba lo que acababa de experimentar. Todo había sido tan real: la tragedia, el dolor, la pérdida de Akane... pero ahora estaba aquí, en la cama de un hospital, rodeado de máquinas que emitían un leve pitido constante. Su cuerpo se sentía pesado, como si hubiera estado dormido durante días.

La puerta de la habitación se abrió de golpe, y Rin y Bachira entraron apresurados. Sus rostros mostraban sorpresa y alivio al mismo tiempo.

Bachira: ¡Isagi! ¡Por fin despertaste, amigo! Nos tenías preocupados.

Rin: Han pasado dos meses desde que te dio el ataque. Pensamos que no despertarías tan pronto.

Isagi intentó incorporarse, pero sintió una punzada de dolor en el pecho. Su respiración se volvió pesada y miró a sus amigos con confusión.

Isagi: ¿Qué... qué pasó? Akane... ella... el accidente...

Rin frunció el ceño, intercambiando una mirada con Bachira antes de acercarse a la cama.

Rin: ¿De qué estás hablando?

Bachira: Amigo, ¿estás seguro de que estás bien? Akane está bien, no ha pasado nada malo.

El corazón de Isagi se aceleró aún más. Su mente revivía la imagen de Akane herida en la ambulancia, su última sonrisa, sus últimas palabras... ¿Todo eso había sido un sueño? Sus manos temblaban mientras se llevaba una a la cabeza, tratando de recordar la realidad.

Isagi: No puede ser... yo vi cómo... la vi morir... Anri estaba ahí... ¡Vi a Rin llorar frente a la televisión!

Rin suspiró y cruzó los brazos.

Rin: Lo único real aquí es que te dio un infarto hace dos meses. Colapsaste en pleno entrenamiento y te trajeron de urgencia al hospital. Entraste en coma, Isagi. Lo que sea que soñaste... no fue real.

El mundo de Isagi se tambaleó. Su mente seguía atrapada en el dolor de la pérdida, pero ahora, al escuchar a Rin y a Bachira, empezó a dudar de sus propios recuerdos. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero esta vez no de tristeza, sino de alivio. Akane estaba viva, no la había perdido, no había pasado por ese tormento.

Bachira sonrió y le dio una palmada en el hombro.

Bachira: Vamos, amigo. Descansa un poco más. Cuando estés mejor, iremos a ver a Akane. Seguro se muere de ganas de verte.

Rin: Y trata de no darnos otro susto como este. No sé cómo explicarlo, pero en estos dos meses, todos sentimos un vacío sin ti en la cancha.

Isagi cerró los ojos por un momento, respirando hondo. No sabía cómo asimilar lo que había pasado, pero ahora tenía una segunda oportunidad. Una oportunidad para vivir, para luchar, para no dejarse llevar por la desesperación. Y esta vez, lo haría con más fuerza que nunca.

Isagi: Gracias, chicos... Lo haré mejor esta vez.

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Isagi se despertaba cada día con la misma rutina en el hospital. A pesar de haber estado en coma durante dos meses, su cuerpo todavía no estaba en su mejor estado, pero su mentalidad nunca había sido más fuerte. Apenas pudo ponerse de pie, comenzó a entrenar con lo poco que tenía a su disposición. Hacía ejercicios en la habitación, flexiones de brazos, abdominales, cualquier cosa para recuperar su condición física. No podía permitirse quedarse atrás.

Rin y Bachira lo visitaban con frecuencia. Al principio, se burlaban de su obsesión por entrenar en el hospital, pero con el tiempo entendieron que era la forma de Isagi de mantenerse cuerdo después de lo que creyó haber vivido en su sueño. Aun así, el ambiente entre ellos era más relajado de lo habitual. La preocupación en sus rostros era evidente.

Anri también lo visitaba todos los días. Al principio, le insistía en que debía descansar, pero cuando vio su determinación, decidió apoyarlo. Le llevaba comida saludable y le ayudaba con estiramientos para evitar que se lastimara. Entre ellos, la relación se volvió más cercana.

Anri: No sé si admirarte o preocuparte, Isagi. Entrenar en un hospital no es lo más normal.

Isagi: No tengo otra opción. Perdí dos meses de mi vida, debo ponerme al día. No quiero ser un obstáculo para el equipo.

Anri: Tienes una mentalidad impresionante… pero también necesitas cuidarte.

Isagi: Estoy bien, de verdad. Gracias por venir siempre.

Anri sonrió y le entregó una botella de agua. Sabía que Isagi no cambiaría su mentalidad fácilmente, así que decidió apoyarlo en lo que pudiera.

Después de una semana, los médicos le dieron el alta. Isagi salió del hospital y respiró profundamente el aire fresco. Frente a él estaban Rin, Bachira y algunos otros compañeros de Blue Lock que habían ido a recibirlo. Pero la verdadera sorpresa llegó cuando regresó a su casa y encontró a Ego esperándolo.

Ego: Finalmente despertaste. Ya era hora, Isagi. No podemos darnos el lujo de perder más tiempo.

Isagi: ¿Ego? ¿Qué estás haciendo aquí?

Ego: Vine porque tengo noticias importantes para ti. Japón ya tiene su equipo para el próximo Mundial en Estados Unidos y México… y tú formas parte de él.

Isagi sintió cómo su corazón se aceleraba. No solo había logrado recuperar su vida después del sueño, sino que ahora tenía la oportunidad de demostrar su verdadero valor en el escenario más grande del mundo. Sus ojos brillaban con determinación.

Isagi: ¿Cuándo empezamos?

Ego sonrió de manera enigmática y le entregó un sobre con la convocatoria oficial. Isagi lo tomó con fuerza y miró a sus compañeros, quienes asintieron con una sonrisa.

Rin: Nos veremos en la cancha.

Bachira: Y esta vez no te quedes dormido, Isagi.

Con su corazón ardiendo de emoción, Isagi sabía que el verdadero desafío apenas comenzaba.

Continuará...

Soy team Akane no la dejaré morir ajajajja