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🖌 25. El peso de las palabras

Me asusté en el momento que vi a Kasia corriendo con una cara que tenía algo grande que contarme. O era que ella y Archie eran novios o se habían enterado de que el fin del mundo era en unas horas.

—Gia, Gia —se detuvo casi haciendo que nos caigamos al suelos las dos juntas.

—Ese es mi nombre.

—Gia —Kasia dijo, tomando aire profundamente y luego soltándolo, como si estuviera a punto de darme una noticia que me cambiaría la vida.

—¿Qué pasa? ¿El mundo está siendo invadido por extraterrestres? ¿O te enteraste de que los dinosaurios no están extintos, sino que han estado escondidos en un parque secreto en algún lugar del mundo? —bromeé, tratando de quitarle un poco de tensión al asunto.

Kasia me miró con una expresión entre preocupada y desconcertada, y yo continué, cada vez más exagerada.

—¿O espera... tienes una máquina del tiempo y volviste al pasado para advertirme sobre algo importante, como que McCoy romperá mi obra maestra? ¡Porque no me sorprendería nada! Lo odio.

Kasia me miró con cara de "no es momento para bromas", pero no podía evitar relajarme un poco con la idea de que tal vez solo me estaba exagerando la situación.

—Gia, no es de eso de lo que te quiero hablar, es algo... serio. —Kasia se rió nerviosa. Yo la miré con una ceja levantada.

—¡Ah, claro! ¿Es sobre el hecho de que la comida rápida ha decidido hacerse cargo de la salud de todos nosotros? ¿O que descubrimos que el brócoli tiene poderes mágicos y ahora es nuestro líder? Vamos, Kasia, me tienes en suspenso.

Kasia resopló, visiblemente frustrada, pero antes de que pudiera decir algo más, miró a su alrededor, como si se asegurara de que nadie nos estuviera escuchando.

—Gia... Es sobre... Darla y Koen.

Y en ese momento, me quedé en silencio, mis bromas muriendo en el aire. No quería saber de ellos en absoluto, creo que suficiente tenía con averiguar si Ryker me rompería el corazón y no llevar a la quiebra nuestra amistad en el futuro.

—¿Qué pasa con ellos?

—Han terminado, han roto, se han separado —dijo Kasia, mirando a su alrededor como si el mundo entero estuviera esperando saber qué estaba pasando.

Mis ojos se agrandaron por un segundo, pero no me dejó tiempo para procesar.

—¿Y eso es todo? ¿Se pelearon porque no se ponían de acuerdo sobre qué película ver? —bromeé, tratando de aligerar la situación. Pero Kasia me miraba como si estuviera a punto de darme una noticia aún peor.

—No, Gia... Darla está completamente furiosa contigo. —Kasia se acercó un poco más, bajando la voz—. Cree que todo esto es culpa tuya.

¿Culpa mía? ¿Qué tenía que ver yo en todo esto?

—¿Culpa mía? —pregunté, confundida, pero tratando de mantener la calma—. Kasia, no entiendo... ¿qué hice?

Kasia respiró hondo antes de hablar.

—Parece que Koen, ebrio, soltó que no te había olvidado, que no entendía por qué estaba con Darla, y... bueno, Darla lo escuchó. Y ahora está completamente enojada contigo.

Mi corazón se detuvo por un segundo, pero no iba a dejar que eso me derrumbara.

—Ah, perfecto. ¿Y ahora qué? ¿Se cree que soy la villana de la historia? —me burlé, aunque no podía evitar que un toque de incomodidad me invadiera.

—Gia, lo que te estoy diciendo es que está furiosa. Y si te encuentra, no sé qué pueda pasar. —Kasia pareció más preocupada, como si todo fuera una tragedia.