Donde Will despierta al día siguiente de tener relaciones con Hannibal al enterarse que eran almas gemelas. Ahora tocaba aceptar su oscuridad junto a un caníbal y enfrentar su nueva vida de pareja.
🥩 Will Graham x Hannibal Lecter
🥩Canon Divergence...
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Nunca imaginó cómo sería la sensación. Graham creía que sería un ataque a la moral social, una ultrajada a todo lo que le ha sido enseñado. Que se sentiría culpable, que desearía no haberlo hecho, que juraría a los cielos jamás volver a tocar un arma o herir a alguien si le era perdonado su pecado una vez arrepentido. A lo mejor terminaría en el suelo llorando hasta que los ojos le ardieran y los brazos le temblaran, su voz perdida en el remordimiento de haber sido capaz de perpetrar un acto tan atroz, una ola de vómito quemándole la garganta hasta solo expulsar jugos gástricos.
Existió la idea de que saldría corriendo hacia la policía con el cuerpo ensangrentado, los ojos hinchados e inyectados mientras lloraba y pedía que se lo llevaran lejos de la sociedad, dejando a la vista de todos sus pecados. No pediría juicio, tan solo cadena perpetua directa.
Pero no se sintió de ninguna de esas maneras, ni actuó como pensaba.
El descontrol que lo calaba, el dolor de ser infiel a sí mismo cada día, el retorcijo de nervios ante la falta de cumplimiento de sus anhelos... todo eso se esfumó en el aire como el vaho en una noche helada. No frenó en ningún momento, no pensó dos veces mientras consumía la vida de aquél hombre que horas atrás había estado plácidamente durmiendo en su cama; lo degolló con fuerza, con exactitud. El alivio era como un cálido abrazo ante una tempestad, casi burbujeándole risas que pudo retener tan solo porque no quería que Hannibal lo oyera hacer algo así.
—No tienes que retener nada, Will —le dijo. Los dos miraban cómo los ojos del hombre sobre la sucia cama se apagaban lentamente mientras chillaba como un cerdo y luchaba por respirar, como si quisiera encontrar clemencia en sus atacantes, quienes hablan con normalidad como si alguien no estuviera muriendo al frente de ellos—. ¿Cómo te sientes?
Graham se quedó en silencio, detallando cómo las extremidades del hombre en sufrimiento quedaban tensas por medio segundo antes de entumecerse y dejar de intentarlo. Estaba muerto. Había matado a alguien al fin. No era más un sueño casi lúcido atacándolo por la noche, ni una fantasía cuando las reuniones en la oficina se volvían soporíferas. Era su realidad, con un hombre igual de monstruoso que él ayudándolo.
—Aliviado —fue lo primero que le salió decir, aunque en su corazón volaban miles y miles de emociones distintas, tantas que no las podía atrapar—. Emocionado.
Hannibal sonrió. Graham sintió un apretujón en el estómago. Se veía precioso con sangre en las manos y parte de los hombros, donde el hombre asesinado había intentado empujarlo a pesar de estar herido. Matarlo había sido sencillo; una persona solitaria, en una enorme casa donde cualquiera podría entrar y esconderse... A pesar de que intentó huir, no pudo con los dos y le quedó morir.
—¿Emocionado por qué?
—Porque comienza una nueva etapa, como bien me estuviste diciendo mientras planeábamos esto. —Will suspiró, sus pulmones dejando salir un peso milenario—. Podré ser yo mismo en mi totalidad, podré...