Capítulo 48: Confrontación

1.2K 160 239
                                    

In-ho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

In-ho

La puerta de la habitación estaba frente a mí, pero mis pies no se movían.

Podía escuchar el zumbido lejano de los monitores, el murmullo de las enfermeras en el pasillo, el sonido amortiguado de alguien caminando. Todo parecía borroso, irrelevante.

No importaba nada de eso.

Lo único que importaba era ella.

Tomé una respiración profunda y empujé la puerta con lentitud, sintiendo que cada milímetro que se abría era una sentencia más sobre mis hombros.

El cuarto era pequeño, con paredes blancas y sin alma, con la luz artificial iluminando su rostro demasiado pálido.

Mi pecho se contrajo con fuerza al verla.

Yoon estaba ahí, sobre la cama, inmóvil. Su cabello oscuro caía sobre la almohada, su piel lucía casi translúcida bajo la luz fría del hospital. Había una vía conectada a su brazo, con el suero goteando lentamente. Su respiración era apenas perceptible, su pecho subía y bajaba con tanta lentitud que por un segundo me quedé sin aire, esperando a ver si se movía otra vez.

Mis dedos se crisparon junto a mi costado.

Dios...

No estaba preparado para esto.

No estaba preparado para verla así, tan frágil, tan... rota.

Cerré la puerta detrás de mí y avancé con pasos lentos. Sentía mis músculos tensos, como si cualquier movimiento brusco pudiera romper el frágil equilibrio de esta escena.

Me detuve junto a la cama y dejé escapar una exhalación pesada.

—Yoon...

Su nombre se deslizó de mi boca en un susurro áspero, casi como una súplica.

No reaccionó.

Mi garganta se cerró.

Me incliné un poco, apoyando las manos en los bordes de la cama mientras la observaba de cerca. Había algo tan jodidamente injusto en esto.

Ella no debía estar aquí.

No debía estar así.

Esto no tenía que haber pasado.

Me odié.

Me odié por no haber hecho más. Por no haber evitado esto. Por no haber podido salvarlos a ambos.

Bajé la mirada y mi mandíbula se tensó.

Sabía que tenía que ser fuerte. Sabía que tenía que estar aquí para ella. Pero...

Nunca me había sentido tan impotente en mi vida.

Me pasé una mano por el rostro, tratando de recomponerme. No podía perder el control ahora.

Just for you | Hwang In-ho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora