Capítulo 32

3.9K 308 81
                                    

Noah

El sábado me la pasé con la familia Pérez; Lucía me enseñó cómo responderles si se vuelven a meter con mi físico, sus respuestas fueron graciosas, Miguel se unió también; a los ojos de sus padres es una convivencia entre Miguel, yo, y mi "cuñada". Solo los tres sabemos que eso está muy lejos de la realidad.

Miguel pregunta si me gustan las chicas, ya que me gusta su hermana, y mi respuesta es un rotundo no, solo me gusta ella; en cuanto a Lucía es lo mismo, ella es mi excepción, y yo soy la suya.

Hoy ya es lunes, estoy esperando en la entrada a mi mochi, y sí, es Lucía; el sábado se comió un montón, Miguel la apodó como la chica mochi, aunque se quejó, acepta su apodo.

— Buenos días, Noah — desvío la mirada del piso al escuchar a Sofía. Hoy tiene un semblante cansado, triste, y parece que no ha dormido nada.

— ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? — la preocupación me invade, pocas veces veo a Sofía de esta forma, siempre suele ser positiva.

— Sí… bueno, no. Mamá estuvo enferma toda la noche, al final, sí terminamos yendo al hospital, estará allí por unos días, le harán análisis y cosas así — suspira acomodando su mochila en el hombro.

— Lo siento mucho, Sofi — me acerco y la abrazo, ella solo se queda quieta — Todo saldrá bien, ¿vale?

Ella asiente aún con su rostro lleno de tristeza.

— ¿Vamos?

— Oh, esperaré a uno de los profesores, ya sabes, por las guías, subiré en un momento — me da una sonrisa de labios cerrados y se va lentamente.

La madre de Sofía es una persona muy amable y cariñosa, solo unas cuantas veces hemos hablado, pero en esos encuentros sé que es muy fuerte por sacar adelante a Sofía sola; ella y su madre tienen un gran parecido, no conocí a su padre, pero estoy más que segura de que, al igual que su esposa e hija, fue una gran persona.

No sé en qué momento llega Lucía, pero ahora está a solo unos metros de mí. Sonrío; perfecta, siempre se ve perfecta.

— Señorita Sandoval — se para delante de mí.

— Buenos días, profesora — pongo mis manos detrás de mí.

Ella toca mi cabeza como si acariciara a un gatito; comienza el camino hacia el interior del colegio y yo la sigo.

— Estaba pensando en escogerte como mi guía esta semana — nos detenemos en un pasillo, los estudiantes caminan de un lado a otro sin prestarnos atención.

— Me encantaría, pero deberías escoger a la profesora Maura — María — o algún otro profesor relacionado con música, son libres de escoger incluso a los profesores con quienes no pasan. ¿Has pensado en lo que te dije? Rechazar la beca de aquí e ir a otra universidad, específicamente de música.

Ella es un ángel, ayudarme de esta forma, sé que es una oportunidad única; Lucía no tiene la responsabilidad de esto, pero quiere hacerse cargo, quiere ayudarme a cumplir aquello que hace unas semanas atrás sería completamente imposible para mí.

Sé que papá se enojaría por esta decisión, ni siquiera me dejaría pensarlo o decidir, pero si yo tomo la decisión ahora, ya estará tomada, no podría hacer más que aceptarlo…

Puff, ¿iba a dejar que esta oportunidad pasase? Sé que Lucía apoyaría la decisión que tome, pero también sé que le gustaría más que yo cumpliese mi sueño a seguir uno que ni siquiera es mío.

— Lo haré — la respuesta sale firme, sé que a una parte de mí no le importa lo que diría mi padre, solo le importa seguir sus sueños; si algo sale mal, ¿qué importa?, por lo menos lo habré intentado.

— ¡Perfecto! Podrías postular para "Berklee College of Music", es reconocida…

— ¿Eso no está en Boston? — sí, he investigado un poco sobre las mejores universidades de música. Lucía asiente. — Uhm, ¿crees que pueda entrar? Además, todo es costoso.

— Yo no lo dudo, y por lo demás no te preocupes, lo solucionaré — toma mis manos con una sonrisa, ella parece más emocionada.

— Que yo sepa no eres multimillonaria — entrecierro mis ojos.

— Uhm, te sorprendería. Ahora, no es momento de hablar de eso, además, cuando seas famosa y yo sea un éxito, el dinero no será problema.

Es lindo saber que hay alguien que me apoyaría en todo momento, ganas de abrazarla no me faltan.

— Ahora, ve subiendo, tengo algo que hacer, iré en unos minutos.

Asiento, lastimosamente no podemos tener alguna muestra de cariño aquí, no frente a todos; me da una última sonrisa antes de ir en otra dirección.

Sé que entrar a aquella universidad es muy difícil, ¿y si no me aceptan? Sé que no soy la única persona con talento, incluso sé que hay personas mucho más talentosas que yo.

Puff, qué difícil.

— Oh, aquí estás, el uniforme cada día te queda peor, ¿sabes? — paciencia, Noah, paciencia. — Hey, hey, ¿a dónde vas? No hemos terminado, apenas comienzo.

Cuando me toca el hombro le aparto la mano de manera brusca.

— ¡¿Qué te pasa, idiota?! — siempre he sido una chica calmada, y generalmente sumisa, supongo que por mi madre y padre.

— No me toques.

— Eres una imbécil, torpe y tonta, ¡me lastimaste!

— Me importa poco, has estado molestándome muchas veces y no te he dicho nada — me mira desconcertada y molesta a la vez. Iba a decir algo — Ya basta.

— Acabas de callar…

— ¡Que ya basta! — me paro firme ante ella, algunos curiosos se paran alrededor disimulando que quieren escuchar la pequeña discusión. — Estoy cansada de todas tus burlas y de tus tontos comentarios.

El rostro de Jane está lleno de sorpresa, ahora entiendo que el enojo no es un defecto cuando se trata de defenderte.

— ¿No crees que todo lo que dices es simplemente porque te sientes inferior a mí? — su cara se torna roja por el enojo — Soy mejor que tú en todos los aspectos posibles, pero no lo ando presumiendo, porque no me importa ser mejor que nadie, ¿sabes qué? No me importa lo que digas ni lo que pienses de mí. No tengo tiempo para ti, si me disculpas.

No me he dado cuenta de que mi corazón se ha acelerado, y que mis manos tiemblan levemente, no soy buena para las discusiones, me pondría a llorar fácilmente, pero no lo hago, así que es un avance grande para mí.

Sigo con mi camino hasta el salón, dejando a Jane en silencio y algunos murmullos lejanos. Me siento bien, poco a poco aceptaré todo lo que soy, lo sé; si Lucía me ama, entonces ¿por qué yo no me amaría? Definitivamente ella es mi ángel.

Me gusta que Lucía sea mi apoyo y yo el de ella, es como un motivo para arriesgarte a lo desconocido, es emocionante y lindo saber que alguien como ella te llegue a amar de la manera más bonita.

Lucía

— ¡Achu! Ah, alguien está pensando en mí — susurro para mí misma, abro el salón de castigos y veo a Spider-Man sentada. — Ni siquiera comienza el día y ya te castigaron.

Cruzo mis brazos y levanto una ceja, negando con la cabeza.

Esta chica es un pequeño terremoto.

— No me juzgues, sácame de aquí — me acerco a ella.

— Lo haré. Bien, ¿qué lograste averiguar? — ella bosteza de manera exagerada, me desespera de cierta forma.

— Uhm, Sofía. ¿Es curioso, no? Todos dicen que es la "moneda". Generalmente no creo en rumores, pero esta vez, sí es cierto. Qué triste, con la bonita amistad que parecen tener.

— ¿Qué dices? — no le creo nada, no conozco a aquella chica, pero ella y Noah siempre se ven muy unidas — Bien, has enloquecido, no abogaré por ella, pero no creo que ella haya sido la que comenzó los ataques contra Noah.

— Bueno, si quieres ponerte la venda en los ojos… — ruedo los ojos antes de irme. — ¡Eh! Espera, te he escogido como mi guía.

— Que yo te guíe sería como que un ciego guíe a otro ciego. ¿Por qué no escoges a otro? Uno relacionado con lo que te guste.

— Es que no sé qué me gusta, y no creo que los demás profesores lo entiendan, seguramente intentarán meterme una carrera que no quiero a fuerza. ¿Por favor? — suspiro con pesar, de un momento a otro está arrodillada delante de mí.

— ¿Qué haces? Levántate.

— Solo si aceptas ser mi guía.

— Que sí, ya, arriba — salgo del salón con ella detrás de mí — Se supone que las guías serán en horario de clases una vez que los profesores tengan definido a quién orientarán, pero como aún no te decides, vamos a descubrir qué te gusta. Así que hoy te quiero al retiro en el estacionamiento, iremos a mi casa, conozco a alguien que podría ayudarte.

— Vale, me gusta la idea. Por cierto, ¿por qué quieres saber quién comenzó con lo de Noah?

Disimulo mi nerviosismo mirando a otro lugar.

— Porque los profesores estamos contra el acoso escolar, a tu salón, ¡corriendo!, si no quieres regresar al salón de castigos.

Acelera el paso hasta rebasarme e ir con dirección a su curso.

Cuando entro al salón de mis alumnos, no puedo evitar mirar en dirección de Noah y Sonia, o como se llamara; hablan de algo, parece que Noah trata de animarla, me cuesta creerle a Spider-Man, pero ¿y si tiene razón?

Por lo que me ha dicho, esta no es la primera vez que pasa, claro, no me sorprende que ella esté en todos los lugares, Spider-Man está metida en todo, por eso no dude en sacarle información.

Tendría que ponerle más atención a esa Sonia.



— ¿Por qué me llamaste de manera tan dramática? — Catalina entra como si fuera su casa.

— ¿Hola? ¿Cómo estás? — ignora mi dramatización. — Hay una chica allí, tengo cita con la psicóloga, descubre su talento.

— ¡¿Qué?! ¡Oye! — corro hacia la puerta de mi casa — ¡Lucifer! ¡No me dejes con tu trabajo!

Salgo rápidamente, ella sabrá qué hacer, además Miguel está ahí, y mi madre que también adora a Catalina.

Veo a mi padre lavando su auto. Me parece tan raro verlo en casa.

— Papá, voy a salir, tengo cita con la psicóloga.

— ¿Quieres que te lleve? — deja lo que hace para ponerme atención.

— No tengo problemas, vamos.

 *

— ¿Cómo te fue? — cierro la puerta del auto, suspiro mirando por la ventana.

— A veces siento que avanzo a pasos agigantados, pero a veces siento que me estanco — enciende el auto y avanza — Resulta que olvidar nombres… puff, es parte de esa cosa… eso explica muchas cosas, y creí que era fuerte, por ignorar todo lo malo que en algún momento de mi vida pudieron llegar a decir de mí, pero es un mecanismo de defensa llamado desconexión emocional, la seguridad que siempre tengo podría ser destrozada fácilmente. Se me dificulta conectar con personas, talvez por eso evito a todas, creí que era por mi pensamiento de que todos son idiotas, me dijo que conectar con ustedes, o con más personas seguramente me era difícil, y sí, lo es, excepto con Noah, con ella fue demasiado fácil, eso es lo extraño.

— ¿Noah? ¿Qué tiene que ver Noah? — lo miro brevemente, tengo que callarme, a veces soy demasiado boba para darme cuenta de las cosas.

— Me refiero, a con Miguel y Noah, con ellos, me conecto bien, olvídalo, me dijo que escribir un diario y otras cosas más podrían ayudar…

— Está bien, tu madre, Miguel y yo, siempre estaremos para apoyarte, ¿de acuerdo? — asiento.

El descubrir que mi memoria podría verse afectada solo me hace querer cambiarlo de alguna manera, de algo estoy segura, no quiero olvidar ninguno de los momentos con Noah, ni la primera vez que le hable, ni todos los momentos que pasamos juntas.

— ¿Hablaste con mi abuela? — cambio de tema.

— Aún no, pero pronto lo haré, le tengo una sorpresa — sonríe como un niño emocionado.

Me alegra el hecho de que ambos vayan a reconciliarse, eso significaría que la vería más seguido.

Llegamos rápidamente, al entrar a casa lo menos que me espero es ver a Catalina con un cuchillo en mano, a Spider-Man arrodillada junto a Miguel, y a mi madre comiendo felizmente.

— Ni siquiera voy a preguntar qué pasa aquí.

Mi Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora