Capítulo 31

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Noah

No cualquiera tiene un corazón tan bonito, haciéndote sentir que quieres quedarte ahí porque se siente como si fuera tu hogar.

Ella lo tiene.

— ¿Cómo sabías que iba a gustarme? — miro la guitarra, tocando suavemente cada parte de ella.

— Instinto. Miguel me dijo que no tenías una, y cuando fui a ver cuál comprar, vi esa y me recordó a ti — se lleva un pedazo de pastel a la boca y yo hago lo mismo. — Esto sabe delicioso.

— Ujum, la fresa con vainilla siempre hacen buena combinación, como tú y yo — la vibración de la guitarra al tocar algunas cuerdas me emociona — ¡Siempre quise una! Padre dijo que cualquier cosa podría distraerme y debía mantenerme enfocada, la música es solo un pasatiempo para él. Ahora, aprenderé, gracias, Lucía.

— ¿Quieres que te enseñe a tocar? Soy muy buena tocando.

¿Seguimos hablando de guitarras?

— Oh, ¿en serio? — tarde se da cuenta del doble sentido y deja de sonreír.

— ¡No! Es decir, me refiero a la guitarra, se mover bien los dedos.

En cualquier momento el color rojo se apoderaría de ella.

— ¿Ah, tú crees? — entrecierro los ojos con una sonrisa maliciosa — Tengo 18 ahora… ¿sabes?

— ¡Bien, es hora de volver! — se levanta rápido, no puedo contener la risa al verla tan nerviosa. — No es broma, debemos volver, te prometo que tu siguiente cumpleaños será mucho mejor.

Me levanto también, me acerco hasta poner mis manos alrededor de sus hombros; si no fuera pequeña estaría más cerca de sus labios.

— Has hecho este el mejor, y solo estar aquí contigo sería suficiente para que mi corazón saltara de alegría, haces que todo sea mágico, no debería sorprenderme, pues tú eres mágica.

— Eres tan linda, venga, no me hagas esto — besa la punta de mi nariz haciéndome sonreír. — No te preocupes por esto, contraté a personas para ayudarme a prepararlo, no sabía que se podía hacer eso, pero la chica rojita me dijo que sí se podía, al parecer siempre suelen hacer declaraciones de amor y cosas así. En fin, además de ayudarme a prepararlo también se ocupan de dejar todo en su lugar.

— Vale, vamos.

 *

Doy vueltas sin poder dormir, no encuentro una posición cómoda para hacerlo, pero aún así mi sonrisa está intacta, sigo recordando el tiempo con Lucía.

¿Será que si me cuelo a su tienda se enojará?

Aún es mi cumpleaños, no creo que lo haga.

Abro el cierre de mi tienda con cuidado de no hacer ruido, miro a todas partes para ver si hay alguien despierto, deben ser las once de la noche aún.

Al no ver a nadie, a pasos rápidos me acerco a la tienda de Lucía, abro con cuidado nuevamente; al entrar la veo en posición fetal, cierro el cierre y de rodillas me acerco a ella.

Realmente se ve como un angelito durmiendo de esa forma. Tiene una camiseta ancha y unos shorts cortos.

¡No mires abajo, Noah!

Iba a tocar su rostro, hasta que de alguna forma me tumbo a su lado y me abraza.

— No eres muy cuidadosa con eso de no hacer ruido — me doy la vuelta para verla, ella tiene los ojos cerrados.

— Lo siento, no podía dormir — no dice nada, sigue con su expresión relajada de siempre.

Suspiro mirando cada facción de su rostro, hago un recorrido con mis manos tocando desde sus cejas, hasta llegar a sus labios; entreabre sus labios, pero aún no abre sus ojos.

Estoy tan cerca de ella, con sus labios rojitos, que no resisto darle un corto beso; cuando me aparto no abre los ojos, así que le doy otro, y otro. Hasta que en uno de ellos retiene mi labio con una leve mordida. Se inclina sobre mí para continuar el beso, este es muy diferente al que nos habíamos dado, se siente más desesperado, el calor recorre todo mi cuerpo, como si presionara algún tipo de botón que activa todo mi deseo contenido; con el mismo ritmo le correspondo de manera ferviente con la necesidad de acabar con los deseos impuros de mi cuerpo, mis manos se aferran a su camiseta, siento que caeré en cualquier momento, la razón es Lucía, mi tentación.

Cambiamos de posición, mi linda chica queda debajo de mí, sus manos tocan por debajo de mi pijama, sus dedos fríos me provocan un jadeo que trato de callar con los labios de Lucía. Nos separamos del beso por unos segundos, sus ojos brillan a pesar de la oscuridad, es hechizante verla de esta forma.

Con la respiración agitada, los labios rojos, y esa mirada de amor y deseo que en cualquier momento va a terminar enloqueciéndome.

Sostuvo mis caderas con fuerza, haciendo que presione más contra su cuerpo; los latidos irreverentes de mi corazón, podría jurar que se escuchan.

Muevo mis caderas, Lucía muerde su labio, sé el porqué; tomo la base de su camiseta para quitársela, se levanta levemente para ayudarme a quitársela. Recorro cada parte de ella con mi mirada, la vuelvo a besar, lentamente, transmitiéndole mi amor. Luego de ese beso yo me quito mi camiseta, fue un acto involuntario, me siento un tanto nerviosa, pero me gusta lo que estoy sintiendo.

Lucía cambia la posición con una sonrisa de satisfacción al esta vez tenerme a su merced.

— Te dije que amo cada parte de ti, Noah — su voz sale más ronca y profunda, ¿cómo puede ser tan hermosa?

Sus labios no tardan en apoderarse de los míos nuevamente, suelto leves gemidos por sentir su cuerpo sobre el mío. Sus besos bajan lentamente a mi cuello, haciéndome sentir espasmos de placer; lo hace de manera tan lenta que yo soy la desesperada.

— Te amo aquí — besa mis labios — aquí — mi cuello — aquí — mi clavícula — por aquí — un beso cerca de mis pechos, aún tengo el brasier puesto — ¿quieres que siga?

Me siento con toda la cara roja por la excitación.

Baja sus besos por mi abdomen haciendo que mi espalda se arquee, muerdo uno de mis dedos para no gemir. Se detiene para mirarme. Roza sus labios con los míos sin besarme, mi mano toca cada parte de ella, su piel es tan suave, mi mano tibia se quema solo con tocarla.

— Me encantas — sus besos vuelven a ser desesperados, esta vez no puedo contener leves gemidos al sentir cómo devora mis labios, mis manos van a su espalda esta vez, inconscientemente araño un poco.

Una de sus manos es su apoyo para no dejar todo su peso sobre mí y la otra explora mis piernas por sobre la tela de la pijama que tengo, se siente como un estorbo pues no me deja disfrutar del tacto de Lucía.

Todo mi cuerpo exige más, no la dejo ir cuando intenta apartarse. De algo estoy más que segura, quiero sentir a Lucía de todas las formas posibles.

Cuando sus labios dejan un beso húmedo sobre mi cuello, un jadeo involuntario escapa de mí.

— Noah… — suspira haciendo que todo mi cuerpo se estremezca.

— Tengo 18, puedo consentirlo.

Su suave risa me desconcierta por un momento.

— Cariño, no tendrás tu primera vez de esta forma, quiero que sea especial para ambas — respira profundamente en mi cuello — Adoro tu aroma.

Tiene razón, si quería que Lucía y yo… Dios, no puedo decir la palabra y estaba por hacerlo, en mi defensa, me encanta Lucía.

— Lo siento, las hormonas… y tú, pero… ¿me dejas hacer algo?

Me mira con sus ojitos brillantes y asiente, claro que, ella no sabe lo que le voy a hacer.

 *

— ¿Qué le pasó en el cuello, profesora?

Desvío la mirada conteniendo mi sonrisa.

— Eh… no sé, talvez algún mosquito en la noche.

El mosquito iba a dejar más marcas si seguía hablando con la naranjita.

 *

Los días en el campamento terminaron, estoy a nada de dormirme recordando lo que hemos hecho en los últimos dos días. Como cuando Lucía, Miguel, Sofía, y la naranjita me ayudaron, o más bien me enseñaron a manejar la bicicleta, o cuando hicimos un desastre al cocinar; sonrío al recordar la cara de Lucía llena de harina.

Tengo a Sofía apoyada en mi hombro, ya está dormida; miro hacia atrás viendo a Alex dormir con Miguel también. Ya deben ser algo de las ocho de la noche, y con nuestra última actividad de dar vuelta por todo el lugar, es normal que estemos cansados y queramos dormir. Con cuidado tomo la cabeza de Sofía y la apoyo en la ventana.

Las luces están apagadas en el bus, y no quiero despertar a nadie, así que a tropezones llego hasta el asiento de Lucía, ella también está dormida apoyada en la ventana; me siento a su lado y apoyo mi cabeza en su hombro, no creo que esto cree sospechas de nada.

*

Siento a alguien levantarse, apenas y puedo abrir los ojos, sigo con sueño.

— Noah, levántate, ya llegamos.

— No hay clases, mamá — me cubro con algo que parece una chaqueta, su aroma es tan lindo, que no tardo en dormirme nuevamente.

*

Ah… qué bien dormí, realmente todo mi cuerpo se siente renovado, no he dormido así en días, y eso se debe a que hoy no suena la trompeta del mal.

Me estiro como un gato, las sábanas se sienten tan calentitas y suaves…

— Que bueno que estés de humor. Casi me tiras de la cama mientras dormías — giro mi cabeza en dirección a la melodiosa voz de mi futura esposa.

Trae una bandeja en sus manos, con una sonrisa se acerca hasta dejar la bandeja en la mesita de noche.

Yo… sigo procesando qué está pasando.

— No quisiste despertar ayer, tu padre estuvo de acuerdo en que te quedaras con nosotros, claro que, omitimos la parte en la que dormías conmigo.

Parpadeo varias veces y echo un vistazo a toda la habitación, es diferente a como me lo imaginaba, tiene un estilo minimalista, todo en su lugar, se puede respirar tranquilidad.

— Anda, levántate, y desayuna, ya van a dar las once, el baño y la ducha están por allá, si ya no tienes ropa puedes usar la mía, no tengo mis creaciones aquí, pero todo lo mío es tuyo — besa suavemente mi frente y sonriente sale.

Suspiro con una sonrisa, veo mis cosas y la guitarra que me ha regalado en una de las esquinas, pero quiero enfocar mi atención en otras cosas, como los cuadros que hemos pintado aquella vez en el picnic, ahí está, en su pared; me acerco al escritorio cerca de su ventana, hay un cuaderno con dibujos, son diseños, su estilo me recuerda a la época victoriana, mezclado con un estilo más moderno, miro más páginas amando cada uno de sus diseños, definitivamente ella es muy buena para esto.

Sonrío aún más al ver que ha estado reconstruyendo las flores que le di, me da ternura que hagamos lo mismo, ¿quién dijo que las flores no podían ser eternas?

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Muchos escritores les hacen dibujitos a su historia, yo lastimosamente no tengo ese talento, pero si tengo dinero 🤑 JAJAJ

He mandado a hacer un dibujito a Lucía y Noah, apoyando el talento de mi país jsjsjs, a mi me gusto mucho, no es el estilo que adoro, pero me ha gustado, sería el primer dibujito de mis chicas 😩💗😭😭

He mandado a hacer un dibujito a Lucía y Noah, apoyando el talento de mi país jsjsjs, a mi me gusto mucho, no es el estilo que adoro, pero me ha gustado, sería el primer dibujito de mis chicas 😩💗😭😭

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