Capítulo I

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El sonido de un golpe impactando a la mejilla de alguien resonó por toda la habitación, se podía escuchar la respiración agitada y angustiada aquel alfa quien era brutalmente golpeado por varios Betas.

Los gritos ahogados del hombre sonaban por fuera de la habitación, el olor a sufrimiento era agrio.

—J-Juro q-que pagaré m-mi deuda, p-piedad Señor M-Mad.—Rogaba el alfa por una oportunidad más para liquidar su deuda pendiente con el Clan Verstappen.

Todo deudor que no pagaba a tiempo tenía consecuencias.

"Mad" era el breve apodo que utilizaba Max Verstappen, líder del Clan Verstappen o también conocido como Mocro Mafia. Uno de los mayores bandos de Países Bajos.

Si bien su apodo completo era Mad Max, nadie tenía permitido mencionar su nombre por respeto, así que el apodo se había acortado a solo "Mad".

—El señor Mad ya le ha concedido suficiente tiempo para liquidar su deuda, no podemos permitirle más tiempo.—Se dirigió uno de los betas al alfa.

—Una oportunidad más por favor, necesito suficiente tiempo y les juro que acabaré con mi deuda. Por favor.—El alfa se había arrodillado ante el rubio rogándole una y otra vez por una posibilidad más de liquidar aquel compromiso expirado. La sangre de su cuerpo estaba manchando lentamente aquellos pantalones negros de vestir del alfa superior, eso le iba a salir caro.

—No es mi problema que hayas malgastado tu estúpido tiempo en tu porquería de vicios. Bien, ¿quieres
conservar tu vida? Entrega a cualquier miembro de tu familia y serás libre.—El alfa no era conocido por tener empatía y menos con los deudores.—¿Una vida por otra no?

—¡NO! Con mi familia no señor Max, la deuda es conmigo no con ellos.— El alfa se había alterado con esas palabras y por instinto le gritó a Verstappen para luego darse cuenta de que había hecho.

Utilizar la voz de mando al dirigirse a tus superiores era un signo de ofensa, algo de mala educación que no se debía hacer. Era sentido común ¿no?

—¿Acabas de usar tu miserable voz de mando conmigo?—Preguntó ofendido Verstappen.

—N-No, p-perdóneme S-Señor Mad, no fue mi inte—¡Pum! No dejó acabar al alfa y una bala había atravesado su cráneo por completo. La sangre se expandía por todo el suelo creando un charco de fluido rojo muy desagradable, los trabajadores que se encontraban cercas de aquella escena habían sido alcanzados por aquellas gotas rojas que habían salido volando ante el impacto.

La atmósfera olía a pólvora, metal y mucha sangre. El cuerpo del hombre deudor yacía sin signos vitales en el frío cemento del suelo. Con su rostro lleno de marcas y su cuerpo lleno de golpes. Una identidad llena de violencia.

—Ya sabes qué hacer con el cuerpo, Zain.—Ordenó al beta mientras observaba el cuerpo que estaba recostado en el suelo sin vida.

—Señor Mad, el señor Piquet volvió a solicitar una reunión con usted.—Dijo uno de los betas entregándole un sobre con una solicitud.

—Acepta la solicitud, de seguro quiere hablar de la misma porquería de siempre.—Dijo Verstappen mientras se limpiaba la sangre que lo había alcanzado a manchar.

Esas reuniones con los Piquet serían infinitas si no ponía un alto lo más antes posible. Eran persistentes pero Max no iba a ceder tan fácil.

—¡A la orden!












(...)

Las horas habían pasado, el jet privado de Max había llegado hasta Brasil, más específicamente en la residencia privada de los Piquet, quienes estaban en espera para reunirse y discutir de cualquier tema que el host quería abordar.

Unión Celestial (Chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora