CAPÍTULO | 01

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☀︎︎ Un Reino De Apariencias ☀︎︎

Maeve Dunbroch

Escocia es fría, pero no de la forma que me gustaría. La brisa que corre entre los pinos tiene un toque áspero, como si me susurrara secretos antiguos que no quiero escuchar. Hoy, como siempre, tengo que ser una más en la tradición.

- Maeve, es tu momento. - dijo mi madre desde la cima de la colina

Siempre con la mirada fija al horizonte, como si el futuro estuviera esperando a ser conquistado con una flecha. Hoy no es solo una tradición. Es una expectativa. Una prueba. La prueba de que soy valiente, de que soy digna del apellido que llevo.

La ceremonia en la que voy a participar tiene siglos de historia. Cada año, el heredero de la familia Dunbroch debe lanzar una flecha a un objetivo en el corazón de un campo abierto. Si la flecha da en el blanco, se celebra. Si no, la vergüenza caerá sobre mí. Y lo peor es que no se trata solo de mi habilidad con el arco, sino de mi capacidad para estar a la altura de lo que todos esperan.

El frío viento acaricia mi rostro. Siento el peso de la flecha en mis manos, el silencio de la multitud a mi alrededor. No me gusta ser el centro de atención, todo el mundo espera que sea como mi madre, que dispare con precisión y valentía.

- Concéntrate y lo harás bien.

- Lo sé, madre - respondo intentando que mi voz no tiemble.

El objetivo está frente a mí, visible y desafiante. Un blanco esperando que mi flecha lo atraviese con destreza.

Cierro los ojos por un segundo. Todo está en silencio. Siento cómo el viento atravieza mis dedos, cómo el aire me rodea. Todo se siente tan… grande. Tan ajeno.

¿Mamá alguna vez se sintió así? ¿Atrapada entre la tradición y el deseo de ser libre? ¿Alguna vez deseó no tener que hacer todo esto?

Sin pensarlo más, lanzo la flecha.

El crujido del arco resuena en el aire, y todos se quedan en silencio mientras la flecha vuela hacia su destino. El sonido del impacto es fuerte cuando la flecha da en el centro del objetivo. Pero no siento orgullo. Solo alivio.

El murmuro de la multitud me llega a los oídos, pero no me importa. Solo quiero que termine.

- Bien hecho, Maeve. - dice mi madre acercándose con una sonrisa de satisfacción.

Pero yo no puedo corresponderla.

- Gracias, madre - digo forzando una sonrisa.

Al caer la noche, me preparo para viajar a Auradon, como todos los años, pero esta vez hay algo diferente. Auradon ha decidido que es hora de darle una oportunidad a algunos chicos de La Isla de los Perdidos para redimirse, para vivir entre nosotros. En mi interior, una chispa de emoción comienza a encenderse. Quizás, solo quizás, este viaje a Auradon sea la oportunidad que necesito. La oportunidad de escapar, de ser algo más que solo la hija de Mérida Dunbroch.












☀︎︎












El aire fresco de Auradon siempre tiene una manera de hacerme sentir que todo está en su lugar. Perfecto, como todos dicen. Aunque, personalmente, no comparto esa idea de perfección. Sin embargo, soy buena para fingir, y aquí en Auradon, fingir es casi tan necesario como respirar.

Hoy era el día. El gran día. La ceremonia que marcaría la llegada de los chicos de la Isla de los Perdidos a Auradon. Y, claro, como hija de Mérida, no solo estaré allí, sino que debo ser la mejor anfitriona.

The Bear KingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora