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Gi-Hun soltó la mano de Sang-Woo luego de caminar por varios minutos, sintiendo su ánimo caer al pensar nuevamente en lo sucedido momentos antes con In-Ho.

Sang-Woo se detuvo junto a él y lo observó quedarse quieto por un momento con la mirada decaída, odiando el hecho de verlo en ese estado.

─Gi-Hun ─murmuró para llamar su atención.

Gi-Hun parpadeó un momento y levantó lentamente la cabeza para mirar a Sang-Woo, quién intentó transmitirle tranquilidad con la mirada.

Sonrió débilmente y enderezó la espalda para dejar un momento de lado aquella postura afectada y triste que volvió a apoderarse de él.

─Estoy bien, no te preocupes ─comentó con un poco más de seguridad, intentando despejar de su mente todo pensamiento que tuviera relación con In-Ho─. En realidad, quiero hacerte una pregunta. Hay algo que me tiene un poco intrigado.

Sang-Woo suspiró y asintió para indicarle a Gi-Hun que lo escuchaba mientras él comprobaba que nadie los estuviera siguiendo.

─¿Qué pasa?

Gi-Hun gesticuló una mueca antes de continuar─. ¿Qué sabes sobre... el reclutador?

Sang-Woo dejó de mirar a su alrededor abruptamente al escuchar aquella pregunta, deteniéndose en la curiosa expresión de Gi-Hun que parecía consumirlo con gran pesar.

Entreabrió los labios y titubeó un momento, preguntándose a sí mismo si acaso ellos dos ya se habían reencontrado.

Lo mataría si así era.

─¿Hablas del hombre que nos dio la tarjeta para ingresar a los juegos? ─preguntó, fingiendo no entender la pregunta.

Gi-Hun asintió levemente.

─Ese mismo ─respondió seguro─. Está aquí. Antes de que toda esta mierda pasara yo lo vi. Él se presentó ante mí delante de todos en esa fiesta fingiendo ser un guardia. In-Ho se lo llevó y ya después no supe nada más, pero sé que sigue aquí, por eso... Sang-Woo, tú debes saber algo al respecto, ¿verdad?

Sang-Woo se quedó un momento en silencio antes de suspirar y asentir lentamente, sabiendo que ocultarle la verdad de las cosas a Gi-Hun no serviría de nada.

No ahora que las cosas habían tomado un rumbo tan... complicado.

─Sí, así es.

Gi-Hun apretó los labios con cierta confusión, esperando que Sang-Woo continuara hablando, más no lo hizo, y eso comenzó a desesperarlo.

─Sang-Woo, si sabes algo sobre él tienes que decirme ─pidió, acercándose a él para que sus manos se volvieran a encontrar─. Tengo que hablar con él. Tengo que saber por qué vino hasta acá.

Sang-Woo frunció levemente el ceño y tomó algo de aire antes de dejarlo salir exhausto.

Quizás era momento de confesarlo todo.

─Puedo despejar todas tus dudas si así lo deseas, Gi-Hun ─comentó con determinación, volviendo a comprobar que nadie más que ellos dos estuvieran allí presente─, pero prefiero que él mismo lo haga, porque esta es su responsabilidad, no la mía.

Gi-Hun frunció el ceño sin entender a qué se refería, pero Sang-Woo rápidamente disipó todas sus dudas al tomarlo suavemente de las manos y guiarlo hasta un nuevo pasillo que conectaba con el anterior, llevándolos hasta el final de este que le daba la bienvenida a una vieja puerta metálica que sólo se abría con reconocimiento facial.

Gi-Hun estuvo a punto de preguntar algo, pero Sang-Woo lo detuvo al instante al sacar su máscara de soldado y colocársela sobre el rostro para que el detector pudiera identificarlo.

Traición | In-HunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora