"Just for You"
Cuando las deudas empujan a Yoon-Ah, a los letales Juegos del Calamar, jamás imagina que su lucha por sobrevivir despertará los sentimientos más oscuros del líder, el misterioso Jugador 001.
Frío, poderoso y obsesivamente protector, é...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Young-il
Las luces parpadeaban, creando un caos espeluznante que envolvía el dormitorio. Los gritos y los golpes resonaban como ecos interminables, pero mi mente estaba fija en una sola cosa: ella.
Vi a Yoon-Ah salir corriendo de debajo de la cama, su silueta desapareciendo entre las sombras. El pánico me paralizó por un segundo, pero luego una sola palabra se clavó en mi mente: protegerla.
—¡Yoon-Ah! —grité, mi voz perdida entre el estruendo. Me lancé detrás de ella, pero no fui lo suficientemente rápido.
Ella se detuvo frente al tipo, su valentía brillando incluso en la penumbra, y rompió una botella contra su cabeza. Sentí una mezcla de orgullo y terror. ¿Por qué eres tan valiente? ¿Por qué no puedes quedarte a salvo, maldita sea?
Pero entonces todo se desmoronó. Vi cómo él la empujaba al suelo, su cuerpo pequeño golpeando con fuerza.
—¡NO! —corrí hacia ellos, pero fue demasiado tarde.
El brillo del tenedor en su mano fue lo último que vi antes de que lo clavara en su vientre.
Todo se detuvo.
No escuché nada. No sentí nada. Solo vi a Yoon-Ah caer al suelo, su rostro pálido y su respiración entrecortada.
—¡Yoon-Ah! —grité, mi voz quebrándose mientras me lanzaba hacia ella.
El tipo se giró hacia mí con una sonrisa sádica, pero ya no importaba. La furia se apoderó de mí, y antes de que pudiera reaccionar, lo derribé al suelo.
—¡Maldito! —le grité mientras mis puños golpeaban su rostro una y otra vez. No podía detenerme, no quería detenerme. Todo mi odio, mi miedo y mi desesperación se desbordaron en cada golpe. Lo dejé inconsistente, el no reaccionó de nuevo.
No sé cuánto tiempo pasó hasta que alguien me apartó. Tal vez fue Gi-hun, tal vez fue otro jugador. No importaba. Mi atención volvió a Yoon-Ah.
Corrí hacia ella, cayendo de rodillas a su lado.
—Yoon-Ah... no, no, no... —mis manos temblaban mientras presionaba la herida para detener la hemorragia. La sangre caliente se deslizaba entre mis dedos, y mi corazón latía tan fuerte que sentía que iba a explotar.
—¡Ayúdenme! —grité, mi voz desesperada. Gi-hun llegó corriendo con una manta, mientras Se-mi arrancaba parte de su camiseta para improvisar un vendaje.
—Presiona aquí, rápido. —Gi-hun me indicó, y seguí sus instrucciones al pie de la letra.
—Por favor, Yoon-Ah... quédate conmigo. —Mi voz era un susurro, pero estaba seguro de que podía escucharme.
La llevamos de nuevo a donde estaba el resto del equipo a salvo.
Esto no tenía que suceder, esto no era parte del maldito plan.