Jade Jhonson es impulsiva. Y aunque se ha prometido pensar antes de actuar, pronto se encontrará envuelta en un caos romántico lleno de magia y cupidos, cuando decide acercarse a su crush y amor imposible: Andrew Price.
Andrew estudia veterinaria y...
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Jade Jhonson.
12 de noviembre, 2019.
Tamborileo con impaciencia los dedos de una mano sobre el dorso de la otra, mientras mi mirada está en el techo. Creí que podría descansar como bebé una vez que viera a Andrew y hablásemos sobre el asunto, pero estuve muy equivocada. En mi mente no paro de repetir y analizar cada palabra pronunciada que dijo y que ahora muchas de ellas me hacen sentir indignada, un tanto molesta y confundida.
Dijo que Nicole le parecía bonita. Y no mentiré, eso me hizo sentir celosa.
También dijo que se estaba planteando intentar algo con ella.
Pero después dijo que no le gustaba, ¿Cómo alguien puede pensar en intentar algo con una persona que solo le resulta bonita y atractiva?
Además, ser pero a la vez no ser mi amigo.
O hace frío o hace calor, o es blanco o es negro, pero no pueden ser ambas. Siento que por un momento vuelvo a ser la misma Jade de 19 años que se encuentra confundida con las cosas que dice Andrew, él me confunde, sus palabras y acciones me confunden y detesto que eso sea algo que aparentemente no haya cambiado.
Giro en mi cama y miro en dirección a la ventana, sigue lloviendo y por ende hay una ligera neblina en mi balcón. Suspiro y me siento sobre la cama, primero miro a Joey que duerme a mis pies como si hubiese estado trabajando todo el día y luego miro la puerta, pienso no hacerlo y molestar, pero ya me encuentro en el pasillo caminando hacia la habitación de mi hermana.
Cuando mi mano está en el pomo de la puerta, hago una mueca y termino retrocediendo. No puedo agobiarla más de lo que está, el mundo no gira en torno a mí y ella tiene sus problemas, sería insensato de mi parte ir a hablarle de mis dilemas como si nada. Así que soltando un gran suspiro, doy la vuelta y decido cambiar mi rumbo hacia la sala, las luces están apagadas y decido encenderlas con magia.
Error. Un muy grande error.
Porque en cuanto la sala se ilumina, un chillido de horror y a la vez de asombro escapa de mis labios al encontrarme con la viva imagen de mi hermana estando en cuatro sobre el sofá, mientras es penetrada por mi vecino Sean.
Ambos giran en mi dirección y yo soy un manojo de nervios que primero pone su mano en la boca, luego en la nariz y finalmente en los ojos, para darme la vuelta.
—¡Eda! ¡¿Qué carajos ocurre contigo?! —suelto—. ¡Tienes una habitación! Y tú... Sean ¡Tú tienes un apartamento para ti solo! —suelto un gran resoplido, sin esperar respuesta de alguno, con la imagen aun en mi cabeza y sin saber cómo, camino hasta la puerta y salgo del apartamento dando un portazo.
Cuando me encuentro en el pasillo, me doy cuenta que estoy descalza y que me muero del frío. Así que hago aparecer un abrigo y zapatos calientitos para mí.
—Mierda... ¿También eres una bruja?
Otro chillido de horror abandona mi cuerpo, pero esta vez viene acompañado de un pequeño brinco que me hace llevar una mano a mi pecho. Mis ojos se dirigen a la puerta del apartamento final del otro extremo del pasillo y puedo sentir mi alma abandonar mi cuerpo al descubrir que un hombre con un cabello muy oscuro e increíbles ojos azules que sientes que te pueden observar hasta el alma, se encuentra de pie junto a la puerta.