Lucía
Tocar el cielo es imposible, sentir el infierno también.
Noah es la definición de tocar el cielo mientras ardes en el infierno, sé que puedo tocar el cielo a través de sus labios.
Ja… qué poca es mi resistencia cuando se trata de ella, supongo que por eso, desde un inicio, había caído por ella.
Y mientras sus labios me llevan a lo más hermoso, el leve movimiento de sus caderas sobre mí hace que un infierno se desate en mi ser.
Tal vez por eso mis manos se aferran a su cintura, saborear sus labios es probar el fruto prohibido, eso lo hace más adictivo.
A pesar de que los besos son lentos, noto cierta desaparición en los movimientos de Noah, en sus besos casi necesitados, yo no soy la excepción, le respondo con la misma intensidad, dejándole claro que ella puede hacer lo que quiera conmigo.
Nos separamos buscando aire, puedo sentir la respiración agitada de Noah.
Siendo sincera, creí que Noah sería más tierna en estas situaciones; ¿quién diría que no? La tímida terminé siendo yo.
Qué patético.
No me importa ser patética por ella.
Ah, no es por darle la razón, pero sí dejaría que me domine.
—Hay que parar, tengo que ir a la reunión.
—Cierto, tendré problemas si no me separo ahora, aunque no quiera hacerlo —me río ante su rubor, parece un tomatito—. ¿De qué te ríes? —mira mi camisa—. Deja tu camisa así, cerrada.
—Sí, señora —hago un gesto militar, aunque sigo sintiendo calor en mi cuerpo, esta situación logra dispersarlo.
—Y sí… las flores son para ti, ya sé el significado de las gerberas, también sé de qué película es, aún no la he visto, pero la veré —beso la punta de su nariz, haciendo que sonría—. Y el ramo que te traje yo significa —doy otro beso cerca de sus labios—. ¡Lucía! —otro en la mejilla, estoy obsesionada con mi futura esposa—. ¡Estoy enamorada de ti!
—¡Oh! Qué sorpresa… creí que nos habíamos besado en nombre de la amistad —eso, mis bromas vuelven, es una buena señal.
—Tsk, tú eres más que eso, eres el amor de mi vida.
—Y tú eres el amor de todas mis vidas.
Parece irreal, ¿no estoy soñando? Esto… ¿en serio es real?
—Ya tienes tu dosis de virus, nunca olvidaré eso, tenlo en cuenta, ¿eh? —recuerdo su acusación sin fundamentos, ella niega sonriendo.
*
—¡Aquí hay amooooor! ¡Aquí hay amooooor! ¡Aquí hay amor! ¡Aquí, aquí hay amor! —canta con mi ramo de flores entre sus manos.
—¡Cállate, Jean! ¡Y suelta eso, que lo dañes, vas a saber por qué asistí a clases de boxeo! —suspiro presionando el volante—. No puedo creer que tú y Catalina le hayan plantado droga a Valeria.
—Se lo merece, además, con las pruebas de acoso que recibiste, y yo como testigo y también Catalina, estará un buen par de años en prisión.
Y sí, mis dos mejores amigos habían hecho eso a modo de venganza, los medios se fueron sobre ella, y aunque tenía muchos contactos, ninguno de ellos podía probar la inocencia de Valeria, sobre todo con el acoso.
—En unos días le darán la sentencia. Como sea detención preventiva, quemó la casa de los jueces.
Sin duda alguna, eran los mejores, estoy llevando a Jean a su casa, un pequeño favor, Catalina seguramente está en sus clases, ayer habíamos presentado la denuncia, y luego ambos me confesaron que ellos habían sido los que le habían plantado la droga.
Les creo, Jean, en su pasado borracho, conocía a mucha gente de ese tipo, y Catalina siempre está dispuesta a hacer justicia, mucho más si incluye una travesura.
—¿A dónde irás ahora? ¿A ver a tu amorcito? —ush, no debí traerlo.
—De hecho, iré a una cita con una psicóloga… no sé cómo me vaya, espero que bien —sale del auto y se acerca por la ventana.
—Eres una de las personas más fuertes y valientes, Lucía, muchos, cuando tienen traumas, se hunden, tú nunca dejaste que algo así te detuviera, e incluso con tanta maldad de su parte y del mundo, tienes un gran corazón, por cierto, preséntame al afortunado que te ha conquistado.
—Cuando me case, te invitaré a mi boda, shu, largo.
Se va riendo feliz, a mí también me ha alegrado saber que Valeria esté detenida. Aunque a veces llego a sentir pena por ella.
Soy creyente de que todos merecen una segunda oportunidad, pero siempre habrá excepciones.
Sé que en el fondo… solo quería sentirse amada, aún así, eso no justifica sus actos conmigo.
Mientras manejo, un par de recuerdos recientes cruzan por mi mente.
Recuerdo cuando Miguel y yo hablamos sobre lo sucedido con Noah. Fue algo… un poco triste, pero sirvió para acercarnos como hermanos.
Flashback
—Lo noté, sabía que no me miraba de la misma forma que a ti. Después de todo, siempre estarás por encima de mí, ¿no?
Lo miro confundida.
—¿Qué?
—Siempre fuiste tú, Lucía. Siempre fuiste la mejor en todo, siempre estoy bajo tu sombra, ¿sabes las veces que papá y mamá me han dicho que debería ser como tú? —está enojado, pero quiero escucharlo—. Yo no soy un genio, no me salto cursos, no soy bueno en todo, por eso nuestros padres siempre tuvieron que estar conmigo. Siempre serás mejor que yo… incluso te quedaste con ella, sé que no me pertenece y que no es un objeto para intentar robártela, la quiero, ¿sabes? La quiero… pero ella te quiere a ti… siempre vas a ganar.
—¿Qué dices? —mis lágrimas también brotan—. ¿Sabes por qué detesto tratar contigo? Tú eres lo que yo nunca pude ser, alguien “perfecto”. Tenías a nuestros padres solo para ti, tenías el apoyo de todo el mundo, tienes la aprobación de todos, tienes un futuro maravilloso, y ¿dices que estás bajo mis sombras? —me mira con sorpresa—. ¿Sabes cuántas veces quise ser tú, solo para sentir aprobación y amor de nuestros padres? ¿Sabes cuánto quise ser tú cuando los padres de Noah te aprobaron para tener una relación con ella?
Suspiro.
—Tú, porque intentaste ser como yo… sí, siendo tú, lo tenías todo, y aún lo tienes, Miguel, no eres igual a mí, y no quiero que lo seas —lo miro a los ojos—. Quiero que seas mucho mejor que yo, sabes que cuentas conmigo, te sigo teniendo rencor, pero eso no significa que no te quiera, así que ahora, cállate y dame un abrazo, tonto.
Sé que lo he hecho sonreír con lo último, sé que el uno por ciento de su ser me quiere también.
Fin del flashback.
Al menos ahora sé que… ambos nos caímos mal, porque en nuestras versiones, yo era la villana, y él, para mí, un bobo.
Jueves
—¿No odias a tus padres por no protegerte?
—No —trueno mis dedos, no es la primera sesión, pero recordar fragmentos de aquello está siendo doloroso—. No los odio.
Ella escribe algo en su cuaderno.
—Entiendo que no odies a tus padres, pero, ¿qué sientes además de eso? ¿Hay tristeza? ¿Rabia? ¿Decepción?
—¿Por qué? Eran padres primerizos, no sabían cómo dar amor y protección a dos niños.
Vuelve a analizar lo que dije.
—Tu empatía es muy grande con las personas que te hacen daño o que no están para ti, la misma empatía que tienes con ellos, debes tenerla contigo, trabajaremos poco a poco en eso —su mirada es suave y comprensiva—. Puedes demandarla, Lucía. No solo por el acoso, sino también por lo que pasó ese día. Aún no han dado su sentencia.
—No fue grave, tampoco tengo pruebas —bebo un poco de agua.
—Parece que estás minimizando tus sentimientos. ¿Te das cuenta de cuándo lo haces? Podemos trabajar en identificar esos patrones y desarrollar estrategias para manejarlos.
—Sí, lo sé, lo siento, es automático.
*
Las sesiones me traen un poco mal, a pesar de avanzar a un ritmo lento, sé que necesitaré más tiempo para esto. Puff, bueno, es por mi bien, así que lo haré aún si me toma más de un año, no se sana de la noche a la mañana, cada persona tiene su tiempo.
Contarles a mis padres y a Miguel tampoco ha sido fácil, solo les he dicho una parte. Papá casi lloró, pues, aunque pocas veces lo demostraba, sigo siendo una niña para él, y lo mismo con mi madre, en cuanto a Miguel, se sintió culpable, así que me di la tarea de recordarle que él no tenía la culpa, aunque igual me cae mal.
Desde el martes, solo me he permitido saludar a Noah, está muy concentrada con los ensayos y me prohibió verla porque es una sorpresa lo que va a cantar. Siempre tan tierna.
Esto… es un gran paso para avanzar; incluso si parece complicado, sé que es por mi bien.
Viernes
La gran presentación es hoy, y el lunes… es el viaje, de los permisos se encargó el comité de padres, y para mi sorpresa, todos han decidido ir, por un momento creí que Noah no iría, pero, como va mi adorable hermano… en fin, el cumpleaños de Noah es esta semana, tengo ya planeado su regalo, así que la siguiente semana y hoy, será perfecto.
Si no fuera porque Noah no aparece.
Ya la he buscado por todos lados, ella tiene que estar aquí, en menos de una hora será la presentación. ¿Dónde se ha metido?
—¿Miguel, dónde está Noah? —él me mira triste.
—Noah ha cancelado su presentación… esta semana en los ensayos, han surgido “rumores” sobre su apariencia y sus notas, Jane ha sido la impulsadora, a pesar de que me dijo que no importaba, le ha dolido, y creo que le ha dado inseguridad subir al escenario…
¿Quién se cree capaz de hacerle eso? ¿Por qué se meten con ella? Si creen que me van a quedar libres de esto, están completamente equivocados.
—¿Ha venido?
—Sí, debe estar en el salón. ¿Irás? —Asiento y él también. Corro con dirección al salón, los pasillos están vacíos, claro, la mayoría seguramente se está preparando para presentarse y los demás, listos para ver cada presentación.
Al abrir la puerta, la veo, está sentada en aquella silla, cabizbaja, me duele verla de esa forma.
Más le va a doler a quien comenzó esto en contra de Noah.

ESTÁS LEYENDO
Mi Ángel
Teen FictionNo crei que el amor me llegaría a los 24, mucho menos que era una niña de 17. ¿Problemas? Uno: es menor. Dos: es hija del pastor. Tres: a mi hermano le gusta. Cuatro: ¡es mi alumna! Y cinco: es una chica... Aunque lo último a mi no me importab...