"Just for You"
Cuando las deudas empujan a Yoon-Ah, a los letales Juegos del Calamar, jamás imagina que su lucha por sobrevivir despertará los sentimientos más oscuros del líder, el misterioso Jugador 001.
Frío, poderoso y obsesivamente protector, é...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Yoon-Ah
—El....mato a alguien.
—¿Qué dices?—Me contestó Jun-hee.
—Si, cuando fue la última ronda. Es solo que.... Por qué se hace el héroe si mató a alguien como si no le importara su vida.
—Yoon, pero seguramente lo hizo para sobrevivir. En este juego hay gente un poco loca.—Dae-oh esta vez contesto.
El ambiente estaba cargado de tensión. Intentaba explicarles mi punto, aunque sentía que mis palabras se deslizaban por el aire sin encontrar un eco.
—Pero... estoy segura de que nosotros no hubiéramos matado a alguien así. Trataríamos de buscar una solución. Y además, se veía muy agresivo cuando lo hizo, y parecía todo un experto —dije, con la voz firme, tratando de convencerlos.
Sin embargo, un sonido cortó mi explicación como un cuchillo. Era el eco del último voto. Su voto. El de Young-il. Mi corazón dio un vuelco al ver el tablero iluminarse con su decisión.
"¿Será que estoy exagerando? ¿Que estoy volviendo todo esto más grande de lo que es?" pensé, tratando de calmarme, pero no podía ignorar la incomodidad que se enredaba en mi pecho. Solté un suspiro largo, resignada.
Antes de que pudiera moverme, sentí cómo Gi-hun me jalaba del brazo, llevándome hacia un rincón más apartado.
—Explícame más, Yoon-Ah —me pidió con el ceño fruncido, claramente confundido.
—Pues... son varias cosas, Gi-hun. Son cosas extrañas que han pasado con él —respondí, mi tono cargado de inquietud.
—Pero, Yoon, él nos ha ayudado —dijo Gi-hun, intentando razonar conmigo.
—No creo que necesite el dinero, Gi-hun. No lo he visto preocupado por eso como TODOS aquí. ¿Y lo has observado realmente? —pregunté, buscando su mirada para enfatizar mis palabras.
—¿Ver qué? —respondió, genuinamente intrigado.
—Su reloj, en su muñeca. Lo noté el otro día mientras hacíamos guardia.
Gi-hun me miró con escepticismo, pero su silencio me dio pie a continuar.
—A nadie aquí le dejaron su reloj...
—Exacto. Y él me dijo que podía explicarme lo que te dijo sobre su esposa.
—Pero, Yoon, eso ya está arreglado. Solo lo dijo para que yo lo perdonara por votar círculo —insistió, tratando de convencerme.
—¿Y le crees? ¿Entonces por qué no me lo dijo a mí con la misma facilidad? No creo que una mentira así le costara tanto trabajo decirla —respondí, cruzando los brazos.
Gi-hun guardó silencio por un momento, pensativo.
—Entonces, ¿qué supones, Yoon? No digo que no sea extraño, pero no son pruebas suficientes para sospechar algo tan grave.