Una Ilusión.

Capítulo 37

Cerca de ella.

Libros.

Aquellos que no me gustaban ni volteaba a ver hasta que la conocí a ella.

Ahora cada vez que veía un libro, la veía a ella.

Por eso quería ver libros todo el día.

Jake.

-¿Lista? -pregunté cuando me subí en el asiento de piloto.

-Si, junto a ti, siempre -susurró sonriente. Al verla sonreír el tiempo se detuvo, «mierda» eso siempre sucedía cada vez que ella me sonreí.

-Me vas a matar -me acerqué y puse mi rostro en su hombro mientras me ponía la mano al corazón.

-Ahora, ¿Qué hice? -ríe, y cuando su pecho vibrar al reír mi corazón se llena de alegría, vibra y parece que baila dentro de mi pecho.

-Ese es el detalle, no haces nada para hacer que mi corazón vibre, solo existes, con solo sonreírme se emociona, vibra y salta feliz, no tienes ni que esforzarte para que él sea feliz, basta con que estés a su lado y morirá de alegría.

-¿Es una declaración de amor? -ríe y besa mi mejilla.

-Claro que no, cuando me declare tendré que hacerlo bien, esto es simplemente lo que siento, quiero que lo sepas, te lo digo todos los días para que te des cuenta lo que haces en la vida de las personas, logras que te amen hasta querer dar su vida por ti si es necesario -tomé su mano y la besé, ella me sonrió y mi corazón volvió a girar.

-Resultaste ser romántico -dijo cuando me enderecé y encendí el motor del auto para comenzar a conducir.

-Tus libros de romance comienzan a hacer efecto -reí cuando ella lo hizo también, aceleré el coche y comencé a conducir camino a la biblioteca.

☆

-¿Queda lejos? -Sam rompe el silencio mientras juega con mis dedos.

-La cabaña está refundida, estamos lejos del pueblo, tal vez dentro de media hora llegamos, ¿Quieres que nos detengamos un rato?

-No, es solo que estoy aburrida -dijo y me miró con ojos tristes. Aquella mirada me partió el corazón y me detuve a la orilla de la carretera -¿Qué haces? -preguntó confundida al verme detener el auto.

-Me parte el alma que me mires así -dije, y tomé su rostro en mis manos, sus mejillas rozadas se arrugan cerca de su nariz y el corazón me da otra voltereta.

¿Acaso el maldito está desprendido o qué?

-Está bien -soltó una risa -Vuelve a conducir, no importa, me gusta verte todo el rato -dejó un beso en mis labios y sonreí.

-¿Estás segura? -el corazón se me encoje cuando me vuelve a ver con aquellos ojos bellos.

Es simplemente inexplicable todo lo que ella me hace sentir.

Soy capaz de arriesgar todo por ella de ser necesario.

Me hace feliz con tan solo mirarme, es que saber que me mira a mi me pone el jodido mundo de cabeza. Verla despistada es mi pasatiempo favorito, cuando está descuidada y perdida en sus pensamientos en cuando se ve más hermosa. Nunca me cansaría de admirarla, de observarla, de estar con ella. Si fuera por mí congelaría el tiempo con tal de estar toda la vida a su lado.