capitulo 28

863 16 12
                                    

Isagi estaba recostado en la cama de su habitación, todavía con el sudor del partido impregnado en su piel. Aunque habían conseguido una victoria impresionante, su mente estaba lejos de estar en paz. Las últimas semanas habían sido un caos: situaciones extrañas, emociones que no podía controlar y, ahora, esto.

Isagi (hablando para sí mismo):
"¿Por qué siempre yo? Es como si el universo se empeñara en destruir lo poco de estabilidad que logro construir... Me estoy cansando."

Su teléfono vibró en la mesa de noche. Era un mensaje de Nagi.

Chat:
Nagi: Che, Isagi, te quiero mostrar algo.

Isagi: ¿Qué cosa, Nagi?

Nagi: Hagamos videollamada.

Isagi: Bueno, dale.

Sin pensarlo mucho, Isagi aceptó la llamada. La pantalla mostró a Nagi sin camiseta, su cabello desordenado y un brillo de sudor en su piel.

Isagi: Che, ¿por qué andás sudado y casi desnudo? ¿Qué te pasa?

Nagi (con una sonrisa despreocupada): Mirá esto, te vas a reír.

De repente, Nagi giró la cámara. La imagen que apareció hizo que el corazón de Isagi se detuviera: Anri, arrodillada, en una escena imposible de malinterpretar.

Los segundos que siguieron parecieron eternos. El mundo de Isagi se volvió un vacío ensordecedor. Sin decir palabra, colgó la llamada y lanzó su teléfono contra la pared con toda su fuerza. El dispositivo se estrelló, dejando piezas desperdigadas por el suelo.

Isagi (gritando):
"¡¿Por qué carajo todo me pasa a mí?! ¡¿Qué hice para merecer esta mierda?! Ni siquiera puedo concentrarme en el fútbol con toda esta basura alrededor mío..."

Respiraba con dificultad, los ojos ardiendo por las lágrimas contenidas. Se dejó caer al borde de la cama, hundiendo la cara entre las manos.

(Golpes en la puerta)

Rin (desde afuera): Che, Isagi, abrime.

Isagi (gruñendo): ¿Qué pasa, Rin?

Rin: Quiero hablar con vos.

Isagi: No estoy de humor para charlas ahora.

Rin: Dale, hermano, abrime. Va a ser un ratito.

Isagi suspiró con frustración, pero terminó levantándose y abriendo la puerta. Rin entró con su habitual expresión seria.

Rin: ¿Qué te pasa? Parecés un muerto caminando.

Isagi: Nada que te importe.

Rin: Obvio que me importa. Sos mi compañero, y si vos no estás bien, el equipo tampoco lo está. Decime, ¿qué te está molestando?

Isagi dudó, mirando al suelo. No quería abrirse con Rin, pero la presión en su pecho era demasiado.

Isagi: Todo. Estoy cansado. Cansado de que no pueda tener un minuto de paz. De que la gente se acerque a mí solo para joderme. De que ni siquiera en el fútbol pueda encontrar la concentración que necesito.

Rin: ¿Alguien te hizo algo?

Isagi levantó la mirada, indeciso. Podía ver la sinceridad en los ojos de Rin, pero aún así le costaba hablar.

Isagi: Digamos que... vi algo que no quería ver. Algo que me destrozó por dentro.

Rin: ¿Tiene que ver con Anri?

La sorpresa en el rostro de Isagi lo delató.

Rin (cruzando los brazos): Lo sabía. Siempre sospeché que algo raro pasaba con ella. Pero, mirá, Isagi, no podés dejar que esas cosas te quiebren. Vos tenés que enfocarte en lo que importa: el Mundial, tu carrera, tu futuro.

Isagi: ¿Cómo lo hacés? ¿Cómo podés ser tan frío y lógico todo el tiempo?

Rin: Porque aprendí que no podés confiar en nadie más que en vos mismo. La gente siempre va a decepcionarte, Isagi. Pero tu talento, tu esfuerzo, eso nunca te va a traicionar.

Isagi reflexionó sobre esas palabras. Tal vez Rin tenía razón. Tal vez estaba perdiendo el tiempo y la energía en cosas que no valían la pena.

Rin: Ahora, levantate. Vamos al gimnasio.

Isagi: ¿En serio?

Rin: Sí. Necesitás despejarte, y qué mejor forma que entrenando.

A pesar de todo, Isagi esbozó una leve sonrisa. Tal vez Rin tenía razón.

Continuará...

anri x isagi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora