𝐘𝐨𝐮 𝐀𝐫𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐞. | 𝐒𝐪𝐮𝐢𝐝 𝐆𝐚𝐦𝐞. | 𝐈𝐧 𝐇𝐨 - 𝐆𝐢 𝐇𝐮𝐧.

VI

| Hola, hola.

Bua, lamento la tardanza pero por alguna razón tuve una especie de bloqueo de escritor, y aunque sabia lo que quería escribir no encontraba la manera de expresarlo de forma que me gustara como queda. Me anime a ya escribir, y solo rezo por que el resultado me guste a mi y también a ustedes.

Trataré de hacer que la historia avance un poco más rápido, para que por fin In-Ho se encuentre con Gi-Hun y empiece lo bueno.

Sin más que decir, espero que les guste.

El juego de la soga había sido bastante difícil, después de todo al ser un equipo que tenía a más de un Omega y un anciano nadie quería unirse a ellos para completarlo. Después de que finalmente hubieran completado los equipos, quisieron llorar pues se habían sentido en desventaja aunque claro que después de la motivación de Gi-Hun y el plan de Sang-woo habían logrado pasar el juego, viendo como aquella especie de guillotina cortaba la soga y dejaba caer a los jugadores perdedores sin pena alguna al suelo. Pudiendo escuchar claramente como el fuerte impacto les provocaba diversas fracturas junto a la muerte.

— Realmente pensé que íbamos a perder . . . Al final siempre eres tú quien nos logra motivar.

Sae-byeok miro al Omega frente a él con una sonrisa, mientras que este le devolvía el gesto algo avergonzado. Pues aunque había tenido miedo de morir, algo le había impulsado a animar a su equipo en busca de que todos dieran su máximo esfuerzo para salir de ese lugar. Finalmente llegaron al cuarto donde todos dormían, aunque antes de finalmente poder entrar fue jalado del brazo por sang-woo quien le llevó a los baños para acorralarle contra la pared más cercana.

— ¿Que carajo te pasa? Sueltame.

— Tenemos que hablar. — El alfa miro al Omega directamente a los ojos, estaba cansado de que le ignorase. Pensó que después de ese juego y que de alguna manera ambos se hubiesen unido para poder alentar al equipo dejaria de lado ese estúpido orgullo para volver a su lado. Y al ver que no era así, su paciencia estaba comenzando a agotarse. — ¿Hasta cuando vas a dejar de ignorarme, gi-hun? Eres mi pareja, mi Omega, tienes mi maldita marca.

El mencionado apretó sus labios al sentir sus manos sujetadas por el contrario, si bien tenían una edad similar el simple hecho de ser alfa y Omega hacia que la diferencia de fuerza fuera jodidamente ridícula. No esperaba que ese hombre tuviera el descaro de acercarse y hablarle con la confianza que tiene alguien que no se ha distanciado, ni tampoco ha actuado mal. Era ridículo, por que a simple vista podía apreciarse que sang-woo estaba indignado como si estuviera viviendo una injusticia.

— No tenemos nada de que hablar, así que sueltame.

— Vamos, ¿sigues molesto por que me fui? — Le tomo del mentón para poder mirarle mientras se comenzaba a acercar cada vez más a este, quedando con solo unos cuantos centímetros separando sus rostros. — Después de conseguir el dinero iba a volver contigo, te juro que no te quería dejar por mucho tiempo . . . No he tenido a nadie más que a ti.