Yoon-Ah
Abrí mis ojos poco a poco, con un leve dolor en las sienes y una sensación de pesadez en el cuerpo. Me senté con dificultad, frotándome la frente mientras mi visión comenzaba a aclararse. El frío del lugar me recorrió la piel, y mi respiración se aceleró al darme cuenta de dónde estaba.
Abrí los ojos de par en par, observando a mi alrededor con incredulidad. Era un lugar enorme, casi como un almacén, pero transformado en un dormitorio inmenso. Había filas interminables de literas negras perfectamente alineadas, con colchones y ropa de cama impecables. El techo verde, iluminado por luces blancas y frías, parecía aún más alto por la sensación de vacío. Cada rincón estaba a la vista, sin un solo lugar para esconderse.
Un nudo se formó en mi garganta al notar que no era la única en ese lugar. A mi alrededor, otras personas comenzaban a despertar, luciendo igual de confundidas y aturdidas que yo. Me llevé una mano al pecho, intentando calmar el latido frenético de mi corazón.
Fue entonces cuando noté lo que llevaba puesto. Un uniforme verde, simple y cómodo, pero lo que más llamó mi atención fue el número bordado en él: 110.
-¿Qué carajo? -murmuré en voz baja, el tono de mi propia voz sonando extrañamente extraño para mí.
Me levanté de la litera con cuidado, pero al dar el primer paso, tropecé con mis propios pies. Mi cuerpo se inclinó hacia adelante, y por un segundo, el mundo pareció moverse en cámara lenta. Antes de caer al suelo, sentí un brazo rodeando mi cintura con firmeza.
-Hola, nena -dijo una voz masculina a mis espaldas. Giré la cabeza rápidamente y me encontré con un chico de cabello... ¿morado?
Su sonrisa era amplia y confiada, como si estuviera acostumbrado a situaciones como esta.
-Aquí está tu príncipe para salvarte, ¿eh? -agregó, guiñándome un ojo.
Fruncí el ceño, apartando su brazo de mi cintura con un movimiento brusco.
-Amm... gracias, pero no necesito un príncipe. Yo me sé cuidar sola, muchas gracias -respondí, cruzándome de brazos y mirándolo con desconfianza.
Él no pareció tomarse a mal mi respuesta. En cambio, levantó las manos como si se rindiera, con una sonrisa que no desapareció de su rostro.
-Tranquila, no te haré nada, princesa. Soy Thanos, un gusto -dijo, ofreciéndome la mano con un gesto despreocupado.
Lo observé por un momento, intentando descifrarlo. Algo en él me daba mala espina, pero al mismo tiempo no parecía peligroso. Finalmente, suspiré y estreché su mano.
-Yoon-Ah. Igualmente -dije con tono neutral, sin dejar de analizar cada uno de sus movimientos.
-Bajemos con los demás, linda -dijo señalando hacia las literas inferiores, mientras me hacía una seña para que avanzara primero-. Primero las damas, ¿no?
Rodé los ojos, pero avancé sin decir nada. En mi mente, lo etiqueté como un tipo encimoso.
En ese momento, una puerta al frente de la sala se abrió con un sonido metálico. De ella salieron varias personas vestidas con trajes rosas y máscaras. La atmósfera cambió al instante, y un escalofrío recorrió mi espalda.
-Me gustaría darles una cordial bienvenida -habló uno de ellos con una voz firme y neutral-. Todos los presentes participarán en seis juegos diferentes durante seis días. Los que ganen los juegos obtendrán un valioso premio en efectivo.
El murmullo entre los jugadores comenzó de inmediato, mezclando miedo, sorpresa y confusión. Una mujer alzó la voz, su tono cargado de indignación.
-¡Me dijeron que solo venía a jugar! ¿De verdad espera que le creamos después de que nos secuestraron?

ESTÁS LEYENDO
Just for you | Hwang In-ho
Fanfiction"Just for You" Cuando las deudas empujan a Yoon-Ah, a los letales Juegos del Calamar, jamás imagina que su lucha por sobrevivir despertará los sentimientos más oscuros del líder, el misterioso Jugador 001. Frío, poderoso y obsesivamente protector, é...