Capítulo 62

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Emily

Londres está a punto de darme la bienvenida nuevamente.

Cuando llegamos al avión, mi sonrisa crece al ver una figura alta y familiar. Davide está junto a la escalerilla del avión privado.

—Davide... —digo, dejando que mi sonrisa se ensanche al verlo.

Aunque su rostro sigue siendo serio, puedo notar el destello sutil de una sonrisa en la comisura de sus labios. Cole gruñe cuando suelto su mano y camino hacia Davide, sonriendo ampliamente.

Señorita Emily, señor Cole.

—Es bueno verte de nuevo. —Me aparto mientras él sonríe y tiende su mano derecha para que pasemos.

—Lo mismo digo. —Su rostro está sereno, pero no sé si me estoy imaginando cosas o si realmente estoy percibiendo casi una imperceptible muestra de alivio.

Al entrar en la cabina privada, me deleito con los asientos de cuero blanco. Tomo asiento al fondo de la cabina, y Cole se sienta frente a mí.

Todo el transcurso del viaje transcurre entre conversaciones triviales y, en ocasiones, solo el silencio nos acompaña. Una hora y algunos minutos después, ya estamos camino a la mansión Torrance. Todo ahora se siente un poco extraño; tres meses casi fuera de aquí se me han hecho eternos.

—En cuanto lleguemos a la casa, tendré que partir. Necesito ocuparme primero de unos asuntos. —Su mano se aprieta en mi muslo.

—De acuerdo... yo también necesitaré hacer algunas cosas. —Una de esas es visitar a mi madre. Aunque he tenido comunicación continua con ella, aún las cosas siguen calientes entre nosotras.

El auto se detiene frente a la mansión.

El aire de la mansión ahora me da otro tipo de calidez después de que Cole se atreviera a hablarme sobre Amelia. Su nombre, Amelia. Todavía sigue rondando en mi cabeza.

—Bienvenidos, espero que hayan tenido un placentero viaje. —Sebastián es quien nos recibe.

Juro por Cristo que estoy a punto de echar un resoplido, pero lo contengo. "Un placentero viaje" yo no lo llamaría de esa forma.

—¡Oh, mierda! —Suelto una risa auténtica al ver a Sofía alegre y juguetona.

—Sofía.

—Te juro que estaba a punto de cavar la tumba de mi propio hermano, si no regresaba contigo a Londres. —Dice de una forma traviesa.

Ella abraza a su hermano mientras él besa su cabeza. De repente, me siento celosa, por el hecho de que nunca he tenido algo como ellos, un hermano o una hermana, un vínculo tan cercano, tan natural.

Después de la muerte de mi padre, siempre he estado sola en esto, enfrentando todo con la única compañía de mis propios pensamientos. Me gusta la forma en que se apoyan el uno al otro, cómo se entienden sin necesidad de palabras, me hace darme cuenta de lo vacío que se siente mi vida en ese aspecto.

Sofía se aparta de Cole y es su turno de abrazarme, sus abrazos se sienten cálidos. Ver a Sofía es como si estuviera envuelta en una suave nube de tonos pastel. Lleva un vestido de seda rosa y un par de tacones de un rosado más intenso.

—Estuve a punto de aniquilarlo, Emily.

—Estoy bien. —Mi mirada pasa de ella a Cole, el cual me sonríe con una sonrisa arrogante.

—Eso espero. Supe lo de... tu embarazo. Lo lamento.

Mecánicamente me llevo una mano a mi vientre. El dolor, la desilusión e incluso la rabia aparecen en mi sistema. Todo se agrupa en mi cerebro, también la muerte de Dytsran.

Peligroso Deseo +18 [libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora