Los ojos de Gi-Hun se abrieron lentamente, sintiendo el cansancio al que su cuerpo se había sometido durante la noche.
Suspiró calmadamente e intentó incorporarse para poder estirar sus músculos, pero cuando trató de hacerlo un fuerte agarre lo detuvo en su lugar, impidiéndole moverse.
Volteó hacia el costado instantáneamente y, tras hacerlo, se encontró con la caliente y hermosa imagen de In-Ho dormido a su lado; con el torso desnudo y sus brazos rodeando posesivamente su cintura.
Sorprendido se miró a sí mismo, notando que él también estaba desnudo, pero por completo. Alzó las sábanas con cuidado y miró el cuerpo de In-Ho, despojado de cualquier tipo de prenda.
Se preguntó a sí mismo cómo había llegado ahí, pues luego de su sesión de sexo en la ducha, se había relajado tanto que se había dormido, y en ningún momento sintió que alguien lo hubiese llevado desnudo hacia la habitación.
Observó a su alrededor y notó de inmediato que ese no era el lugar donde había despertado la primera vez.
Esa era la habitación de In-Ho.
Mordió su labio inferior un tanto nervioso y agachó la mirada, notando, ahora, que bajo las sábanas In-Ho se encontraba bastante despierto a diferencia del resto de su cuerpo.
Sintió una repentina presión sobre su cintura, y de inmediato una pequeña sonrisa se escapó de sus labios, llevándolo a pensar en una traviesa idea que, pasara lo que pasara, no podría salir mal.
Con cuidado alejó las manos de In-Ho de su cintura, recibiendo un pequeño gruñido en respuesta. Gi-Hun rió por lo bajo al ver aquella reacción, notando que el hombre aún seguía plácidamente dormido y con la respiración tranquila.
Se levantó como pudo de la cama, cayéndose al instante al suelo al sentir sus piernas débiles y temblorosas. Bufó e intentó ponerse de pie, ahogando el chillido que quiso salir de su boca al sentir un repentino dolor punzante en su parte baja.
─Eres una bestia ─susurró hacia In-Ho, quién ni siquiera lo escuchó.
Con dificultad caminó a tropiezos por toda la habitación en busca de algo que pudiera ayudarlo a concretar su plan, y tras indagar en algunos muebles, revisar estantes y mirar por algunos rincones, encontró unas pequeñas cuerdas que lo hicieron ladear la cabeza con notoria burla.
Caminó de vuelta a la cama, casi apoyándose en un sólo pie debido al dolor de su trasero, y se colocó al lado de In-Ho, quién parecía tener el sueño demasiado pesado.
Agarró con cuidado una de las manos de In-Ho y la elevó con mucha sutileza hasta la cabecera para apoyarla contra ella y tomar una de las cuerdas; atando su muñeca y reforzando el nudo para que el contrario no pudiera desatarse tan fácilmente.
Se desplazó con sigilo y dolor hasta el otro extremo de la cama y repitió la misma acción con la mano restante, asegurándose de que In-Ho no se despertara en ningún momento.
Suspiró satisfecho al ver el resultado de su trabajo.
Se subió de vuelta a la cama, ahora sí soltando un gemido de dolor al sentir una nueva punzada en su entrada. Frunció el ceño, maldiciendo a In-Ho y su enorme miembro en voz baja, y con lentitud gateó hasta él para levantar la sábana y dejarlo al descubierto; contemplando divertidamente ese exquisito falo erecto.
─Parece que amanecimos de buenas ─susurró, tomándose el atrevimiento de acomodarse sobre las piernas contrarias mientras abría de par en par las suyas─. Y un poco de atención no te vendría mal, ¿no?
Sonrió burlesco y tomó con lentitud aquel pedazo de carne que palpitó entre sus dedos, poseyendo una dureza que casi hizo gotear su entrada.
Gi-Hun miró a In-Ho por última vez, quién aún mantenía los ojos cerrados, y se inclinó sobre su miembro para lamer juguetonamente la punta, llevando sus manos hasta sus testículos para apretar sin mucha fuerza y volver a pasar su lengua alrededor de la polla.

ESTÁS LEYENDO
Traición | In-Hun
FanfictionGi-Hun estaba convencido de que las cosas no cambiarían dentro del juego si no hacía algo al respecto, pero para eso necesitaba ir directamente a la cabeza de todo; el líder. Ahora que estaba por su cuenta, debía encontrar la manera de llegar al líd...