Traición | In-Hun

09

Advertencia: Contenido y vocabulario sexual explícito.

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Las manos de In-Ho se posaron atrevidamente debajo de la camisa de Gi-Hun, apretando gustosamente sus erectos pezones mientras devoraba su boca y las manos del contrario se posaban con ansias sobre su nuca, profundizando el contacto de sus labios.

Gi-Hun soltó un gran gemido cuando una de las manos del hombre bajó descaradamente hasta el borde de su pantalón y la metió sin pudor hasta tocar su trasero, apretándolo a su completo antojo.

Se dejó tocar y saborear a su completo gusto, disfrutando de los sutiles jadeos que soltaba In-Ho contra su boca.

El mayor se detuvo un momento y lo observó de arriba a abajo, relamiendo sus labios con obscenidad. Gi-Hun mordió su labio inferior gustoso, y antes de poder hacer algo, In-Ho lo volteó y lo pegó a la pared, arrancándole los pantalones de golpe para acercar retadoramente su miembro hasta su trasero, rozando exquisitamente pero sin entrar en ningún momento.

─¡Ah! ─gimió Gi-Hun, apoyando sus manos contra la baldosa para no dejarse caer─. ¡In-Ho, joder!

In-Ho sonrió encantado.

Tomó su miembro y lo subió y bajó por las nalgas del azabache, corriendo un poco la camisa contraria para posar deseosamente sus labios sobre sus hombros y así besarlos y chuparlos a su antojo.

Gi-Hun, perdiéndose en aquel exquisito toque, bajó una de sus manos hasta el borde de la camisa e intentó quitársela para poder recibir de mejor manera los toques de In-Ho, pero tras levantarla torpemente, el contrario apoyó provocativamente una de sus manos en su vientre, acariciándolo descaradamente, pero sin llegar hasta su parte baja.

Gi-Hun gimió nuevamente y, con cuidado, fue dado vuelta otra vez, quedando cara a cara con In-Ho y su enorme polla.

─Quítatela ─ordenó el hombre, alejándose brevemente.

Aquello le trajo un pequeño flashback a Gi-Hun sobre aquella vez cuando ambos estuvieron en los baños de los juegos, por lo que sonrió con cierto deje de diversión y se quitó la camisa rápidamente, quedando completamente desnudo frente a In-Ho.

Este lo admiró en silencio, saboreando para sí mismo cada rincón de ese pecaminoso cuerpo que ahora era completamente suyo.

Mordió su labio inferior totalmente excitado y acarició nuevamente su miembro erecto y adolorido que parecía gritarle por un poco de atención del hombre frente suyo.

Gi-Hun jadeó complacido al ver aquella escena, sintiendo un ligero temblor al ver el tamaño de ese pedazo de carne que dudaba que cupiera en alguna parte de su cuerpo.

Inconscientemente llevó una de sus manos hasta su torso, acariciando y bajando lentamente sin apartar la mirada de aquel irritable pero irresistible hombre que no dejaba de masturbarse tortuosamente delante suyo.

No estaba bien lo que hacía luego de lo que había ocurrido hace unos días, pero no podía negar el deseo que In-Ho había despertado en él desde el primer momento en que lo vio ─Aunque no fuera capaz de admitirlo en voz alta─, pero por más que lo odiara y estuviera enojado con él, realmente ansiaba probar cada espacio de ese tonificado cuerpo que, en respuesta, lo tomaría hasta hacerle olvidar por un momento todo lo que había vivido.

Gimió.

Deseaba al hombre que más odiaba.

In-Ho observó cada movimiento del azabache, notando que ansiaba tocarse mientras él ya lo hacía, pero antes de que Gi-Hun pudiera bajar más de lo que deseaba, soltó su miembro erecto y retrocedió algunos pasos, ganándose una pequeña expresión de confusión por parte del contrario.