Una promesa hace que la vida de Lee Hae-rin cambia completamente.
「 DONDE Lee Hae-rin participa por su mejor amiga en unos juegos
O DONDE Hwang Jun-ho tiene que buscar a su prometida que está participando en unos juegos de vida o muerte 」
Hwang Jun...
Hae-rin no podía creer lo que sus ojos estaban viendo; se queda paralizada viendo al mayor. Un mal sabor se instala en su boca. "¿Esto puede ser posible, dioses?", se pregunta mentalmente.
Inconscientemente recuerda que gracias a él conoció a Jun-ho, gracias a él ellos dos comenzaron a salir y también que por su culpa no lo volverá a ver.
Había ganado seguir con los juegos.
「 𝖧𝖺𝖼𝖾 𝖺𝗅𝗀𝗎𝗇𝗈𝗌 𝖺𝗇̃𝗈𝗌 𝖲𝖾𝗎́𝗅, 𝖢𝗈𝗋𝖾𝖺 𝖽𝖾𝗅 𝗌𝗎𝗋」
Que Hae-rin haya sido invitada a una boda no estaba para nada en sus planes de "descansar" luego de más de 20 horas trabajando, pero algo le decía que tenía que ir... aparte, la insistencia de In-ho la había convencido.
El ramo, como la tradición dicta, iba a ser lanzado para elegir a la siguiente mujer casada, pero Hae-rin no estaba muy interesada en atraparlo, por lo que va a la mesa de bocadillos intentando pasar desapercibida.
━━ ¿No irá a atrapar el ramo? ━━ le pregunta una voz, haciendo que Hae-rin deje la copa de vino en la mesa, dándose vuelta para ver quién le había preguntado.
Una gran sonrisa aparece en su rostro al ver al chico de la otra vez, el hermano de In-ho. ━━ La verdad no me llama la atención ━━ responde viéndolo fijamente sin dejar de sonreír.
Ellos se habían visto en el hospital en el que trabajaba ella cuando él llegó herido con varios cadetes más acompañados de In-ho.
Jun-ho también sonríe al escucharla. ━━ Debería intentarlo, quién sabe si lo atrapa y algún día se casa.
━━ quizás... aunque me casaría solo si encuentro a la persona correcta. ━━ dice Hae-rin sin dejar de sonreír, había algo en ese chico que la hacía sentirse tan atraída a él.
Hae-rin se aleja de él para ir al lugar donde tirarán el ramo sin borrar la sonrisa de su rostro, no iba a luchar por él, solo esperaba que el destino actuara.
Jun-ho tampoco borra la sonrisa de su rostro y, sin darse cuenta, él no puede apartar la vista de ella; él no podía dejar de verla...
El ramo es lanzado, cayendo justo en las manos de Hae-rin, quien ríe, mostrándoselo al Hwang, quien también suelta una risa y niega con la cabeza varias veces.
Los recuerdos son el arma más poderosa de Hae-rin, esos recuerdos que le hacían seguir adelante, ya que gracias a ellos no olvida que hay algo afuera de este enfermizo juego, algo por lo que luchar para salir.
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Inconscientemente, Hae-rin intenta caminar hacia él; algo le decía que estar en este lugar la estaba volviendo loca y que solo era una alucinación...
Pero es detenida o, mejor dicho, sostenida para evitar que termine en el suelo por su brazo. ━━ ¿Está bien? ━━ le pregunta la misma chica que antes le había sonreído.