capitulo 17

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Hoy se nos fue un gran amigo del server el gran @zapato lo vamos a extrañar

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Al día siguiente, el equipo de Blue Lock despertó temprano en el hotel. Había un aire de emoción y nerviosismo mientras se preparaban para su primer entrenamiento en Argentina. El sol brillaba sobre Buenos Aires, y los jugadores se reunieron en el comedor para desayunar antes de partir hacia el campo de entrenamiento.

Bachira: ¿Che, alguno más soñó que ya estábamos jugando la final? Porque yo la re viví anoche.

Raichi: Vos siempre soñás cualquier cosa, pibe. Primero enfoquémonos en salir del grupo, ¿querés?

Isagi: Tiene razón Raichi. El primer paso es ganar los partidos del grupo. Paso a paso, como nos dijo Anri.

Kunigami: Exacto. Pero no podemos relajarnos, esos equipos son de otro nivel.

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Después del desayuno, el equipo subió al colectivo que los llevaría al campo de entrenamiento. Mientras recorrían las calles de la ciudad, Isagi no podía evitar mirar por la ventana. Había algo especial en la energía de Argentina, un país que respiraba fútbol en cada esquina.

Bachira: Che, Isagi, ¿qué mirás tanto?

Isagi: No sé, es como si todo acá girara alrededor del fútbol. Mirá esos murales... Messi, Maradona. Es increíble.

Rin: (Desde atrás) No te distraigas demasiado. Ellos respiran fútbol, pero nosotros venimos a mostrarles que Japón puede estar a la altura.

Isagi asintió, sintiendo la intensidad en las palabras de Rin.

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Al llegar al campo, los jugadores se pusieron a trabajar de inmediato. El calor era fuerte, pero estaban acostumbrados a entrenar en condiciones exigentes. El entrenamiento incluyó tácticas, simulaciones de partidos, y un enfoque especial en la preparación mental. Ego estaba presente, observando cada movimiento desde la distancia.

Ego: Vamos, inútiles. Si creen que el Mundial les va a dar tiempo para respirar, están equivocados. Cada segundo cuenta, cada decisión en la cancha puede ser la diferencia entre ganar y perder.

Los chicos respondieron con esfuerzo, impulsados por el desafío.

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Después de varias horas de entrenamiento, el equipo regresó al hotel agotado pero satisfecho. En la habitación de Isagi, el joven delantero encendió la televisión una vez más, esta vez buscando canales que hablaran del Mundial. De repente, en un programa deportivo, escuchó un análisis sobre Japón. Aunque le costaba entender el español argentino, captó lo esencial.

Analista: Japón tiene una propuesta interesante, con jóvenes talentos como Isagi Yoichi. Será emocionante ver cómo se enfrentan a Francia y Brasil en el Grupo AAA.

Isagi: (Pensando) Parece que ya saben quién soy... Esto solo me motiva más.

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De pronto, alguien llamó a la puerta. Era Anri, con una expresión de entusiasmo en el rostro.

Anri: Isagi, estamos bajando a cenar. Además, Ego quiere hablar con ustedes sobre la estrategia para el primer partido.

Isagi: ¿Ya se decidió contra quién jugamos primero?

Anri: Sí, abrimos contra Brasil. Va a ser un partido intenso, pero sé que pueden lograrlo.

Isagi asintió, agradecido por la confianza de Anri. Bajó al comedor, donde el resto del equipo ya estaba reunido. Ego estaba parado frente a una pizarra, con una expresión de seriedad.

Ego: Escuchen, inútiles. Brasil no es cualquier equipo. Son rápidos, técnicos, y tienen una tradición ganadora. Pero eso no importa. Ustedes tienen algo que ellos no tienen: la mentalidad de Blue Lock. En la cancha, no existen favoritos. Todo se define en esos 90 minutos. Quiero que cada uno de ustedes salga a devorar al rival.

La intensidad de las palabras de Ego resonó en el equipo, que respondió con determinación. Sabían que el camino no sería fácil, pero estaban listos para enfrentarse a los mejores del mundo.

Esa noche, mientras todos se preparaban para descansar, Isagi miró por la ventana de su habitación hacia las luces de Buenos Aires.

Isagi: (Pensando) Todo comienza aquí. No importa quién esté enfrente. Vamos a ganar.

anri x isagi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora