Después de intentar llegar al líder junto con su mejor amigo, Gi-Hun mira fracasado su plan, y ahora, el líder lo tiene en su poder, y hará lo que quiera con él, mientras la vida de sus demás amigos cuelga de un hilo.
Gi-Hun sintió sus piernas temblar y su corazón acelerarse; ¡ese bastardo todavía se atrevía a decirle eso!
—¡No soy de tu propiedad!, ¡por eso fue que me enfrente a toda tu gente, porque nadie de los que estamos aquí somos de tu pertenencia para que hagas lo que quieras con nosotros!
—No. Ellos no lo son, hablo de ti.
—¡Maldito miserable! —sentía como el enojo dentro de él, crecía.
El enmascarado solo guardó silencio, pero segundos después, sacó una arma que colocó en la cara de Gi-Hun, para después recorrerla por todo su cuerpo, hasta llegar a sus pies.
—Si intentas huir, voy a matar a todos, y te dispararé en las piernas para que no vuelvas a caminar.
Gi-Hun se sintió atado de manos, y no tuvo el valor para responder; ahora no solo se trataba de él, sino también de los demás que aún estaban allí.
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—Los juegos continuarán con los que estén aquí.
Estaba más que claro que no se podrían marchar, pues muchos del equipo que querían irse ya no estaban, y ahora la ventaja la tenían los círculos.
Las grandes puertas se abrieron, y al ver lo que había, todos se miraron las caras, y 120 no pudo disimular su preocupación por la anciana Jang Geum y Jun-hee, ¿cómo demonios se suponía que iban a pasar ese juego?
—¡Por favor! —Gi-Hun gritó cuando el enmascarado dió la vuelta para irse—, sé que debe haber una manera para que todos salgan de aquí-
—No. Las votaciones ya están claras.
—¡Pero seguirán muriendo personas!
—Es su decisión. —El enmascarado volteó—, ¿por qué te preocupas tanto por ellos? —una de sus manos fue puesta en su mentón fuertemente.
—¡No quiero que los mates como hiciste con mis amigos!
—¿Y qué harás si lo hago?
—No descansaré hasta matarte.
—¿Qué te hace pensar que tendrás la oportunidad de hacerlo?, podría matarte ahora.
—¿Entonces por qué no lo haces? —retó.
—...
El líder mantuvo silencio, y retrocedió lentamente hasta salir de la habitación, dejando nuevamente sólo a 456.
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120 observó a los muñecos colocados en ambos extremos, mientras su mente se llenaba de miedo, y no, no era por ella, era por la embarazada, y la anciana.
—El siguiente juego consiste en subir a la colina para llegar al pozo que se encuentra allí, después, deberán llenar el balde de agua lo más rápido posible, ya que, también deben bajar, y hay un límite de tiempo para que lleguen a esta línea, pues mientras lo hacen, se mezclará también el juego de luz roja, luz verde; y si se mueven, o no llegan a la línea en el tiempo límite, serán eliminados.
—No...
La habitación oscura en donde 456 se encontraba, fue iluminada un poco cuando la puerta fue abierta; pues un guardia le llevaba agua y comida; pero para su sorpresa, miró al jugador en el suelo inconsciente.
—Despierta. —Ordenó, pero no hubo respuesta.
No sabía si era una trampa, pero tampoco podía quedarse sin hacer nada, pues el jefe había dejado claro que lo quería con vida, por lo que, no tuvo otra opción que acercarse, y revisarlo, pero contrario a lo que pensó, no fue atacado, cosa que lo preocupó.
—Jugador 456, despierta ahora. —Nuevamente no hubo respuestas.
No sabía que hacer, estaba claro que había algo mal, y necesitaba ser tratado, pero para ello, debía de llevarlo a la sala médica.
¿Y si era una trampa?, ¿qué pasaría?, su jefe no había avisado nada por el radio, por lo que, debía actuar rápido, pues si moría, él también sería asesinado por su jefe.
Sin más opción, quitó las cadenas de 456, y lo tomó en brazos para llevarlo a la sala; y al salir de la habitación, caminó lo más rápido que pudo, pero todo se vió fracasado, cuando 456, sin que lo esperaba, lo atacó.
Rápidamente, buscó su arma, pero no la encontró, 456 la tenía, y la uso disparándole y dejándolo el suelo.
—Jefe...
—¿Qué sucedió?
—El jugador 456- —el guardia no pudo terminar de hablar, cuando este lo apartó y fue directo a ver las cámaras, donde no tardó en verlo.
Había estado tomando un baño, por lo que no había podido estar al pendiente de las cámaras, y ahora, 456 miraba directamente a una de ellas; realmente parecía molesto.
—Lo llevaremos de vuelta a la-
—No. —El jefe miró hacia su habitación, en donde aún tenía el uniforme que había usado.
Sino se había rendido ante él, 456 lo haría ante 001.