Segundo juego. Parte 2.

8.9K 862 719
                                    

La expresión en la cara de Gi-hun cuando descubrió que el segundo juego había cambiado no tuvo precio, verlo tan confiado creyendo que con su experiencia salvaría a los jugadores del fracaso, oh, que dulce e inocente Gi-hun.

No sería justo para nadie si todos conocen las reglas del juego, además eso también le quitaría toda la diversión y el factor sorpresa. No saber quién será lo suficientemente listo o rápido para ganar hace que todo sea mejor.

O mejor dicho, estar a la espera de que alguno de estos insectos caiga y es lo que lo hace divertido.

Casi siente lastima al ver a 456 tan decaído, Pero como quisiera reírse en su cara en estos momentos.

– ¿Es el juego de Dalgona o no? – Pregunta el viejo con el número 100 en su uniforme – Dijiste que lo habías jugado y que el triángulo era el más fácil ¡¿Nos mentiste?!–

Ah, este viejo, el mejor ejemplo de insecto ambicioso que a In-Ho se le podría ocurrir, un ser que no es capaz de racionar si no hay números de por medio, no le importa pasar por encima de los demás y parece no inmutarse por ver a sus compañeros caídos.

– Perdónenme – dice Gi-hun.

– ¡¿Que te perdonemos?! – Exclama alterado ese anciano – ¡Te veías muy convencido cuando nos dijiste! ¡¿Qué vas a hacer con todos los que te creímos tus mentiras?! ¡¿Cómo vas a arreglarlo?!–

Que hilarante, si estuviera sentado desde su silla en su sala de control estaría riendo mientras toma una copa de vino. Pero ahora tiene que seguir con lo planeado, poner esa cara de no romper un plato, Pero sí romper costillas.

Sin perder tiempo se pone frente al número 100 y advierte que ya fue suficiente de tanta gracia.

– Ya basta ¿No?–

Quiere sonreír cuando ve al anciano temblar, Pero mantiene su máscara intacta, muestra una cara asesina, luego vuelve a la cara dulce, has que Gi-hun prefiera ese lado amigable y crea que ese eres tú en realidad.

Hazle creer que estás con él, que lo apoyas, que crees en su ayuda. Luego usa esa confianza para sumergirlo más en el agujero en el que ya está, usa tus manos para empujar su cabeza al fondo del pozo hasta que se ahoge, hasta que ya no pueda respirar, para que no quede nada más que un recipiente hueco de lo que alguna vez fue 456.

Su mirada debe haber sido lo suficientemente clara si el viejo obedeció y se fue, perfecto.

Entre él y sus seguidores igual de codiciosos se fueron dejando insultos al hombre deprimido, quién mira al suelo completamente decaído. Que fácil, tan simple y sencillo llegar a ese solitario y necesitado corazón.

– Perdóname – dice Gi-hun.

Tan decaído, casi es tierno, casi siente lastima. Es hora de ponerse su máscara, usar las palabras que sabe que Gi-hun quiere oír, ser ese hombro que le brinde seguridad y cuando llegue el momento, quitar el hombro y dejar que caiga por su propio peso.

– Todavía creo en tu palabra – Dice.

La mirada de Gi-hun parece brillar al oír eso, nuevamente siendo demasiado predecible. Está tan necesitado de afecto que recibir elogios de parte de alguien que apenas conoce parece significar el mundo para él. Es gracioso.

– Oye, si te parece bien – Vuelve a hablar, conservando su tono tímido  – Quisiera ser parte de tu equipo.

El amigo de Gi-Hun parece coincidir con su propuesta, pronto ya tienen todo un equipo completo, una joven embarazada entre ellos. Esa chica le vino como anillo al dedo, fue él quien la aceptó en el equipo antes que nadie y vió como la expresión de Gi-hun volvió a cambiar.

CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora