Jugador 456

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—¡¡Maldito!!, ¡¿por qué no me mataste a mí?! ¡¿Por qué?! —Gi-Hun no podía liberarse del sometimiento de los guardias, y solo podía ver el ahora cadáver de su mejor amigo frente a él, mientras su corazón se rompía a pedazos.

Poco a poco, su mirada se nubló, y ya no supo más nada.

Hyun-ju, la jugadora 120 fue detenida por la anciana Jang Geum, quién negó desesperadamente para que no saliera, pues sabía que no tenían oportunidad, los guardias eran demasiados, y sabía que 120 era la única con experiencia y había demostrado va...

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Hyun-ju, la jugadora 120 fue detenida por la anciana Jang Geum, quién negó desesperadamente para que no saliera, pues sabía que no tenían oportunidad, los guardias eran demasiados, y sabía que 120 era la única con experiencia y había demostrado valentía, los demás allí, solo eran hombres que se hacían llamar así, y solo eran cobardes que no dudarían en dejarla sola.

—Se acabó... —Dae-ho la miró con ojos humedecidos.

—No... no puede acabar, ellos me esperan. —120 negó ante sus palabras.

Todavía no había llevado las municiones a los demás, no podía dejarlos, eso... aunque la lógica no paraba de decirle que ya no estaban vivos, era imposible que lo estuvieran, pero ella se negaba a creerlo, no podía...

—Al suelo. —Los guardias ordenaron, y de inmediato todos lo hicieron, incluso 120, quién antes escondió debajo de la cama las municiones.

—¡Nosotros no hemos hecho nada!, ¿ahora pagaremos por lo que hicieron estos bastardos? —los del otro equipo reclamaban, eso aunque tuvieran miedo de lo que pudiera pasar.

120 bajó la mirada sintiendo la desesperación llenarla, quería hacer tanto y no podía...

Pronto, su mirada se dirigió a Jun-hee, quién también la miró, pero después devolvió su mirada a los guardias asustada; fue allí que 120 tragó en seco, y miró el abultado vientre de esta, sabía que no podía permitir que cobraran más vidas, y si lo hacían, sería la de ella.

Con lentitud, mientras los guardias hablaban, miró a Dae-ho, pero este aún temblaba, y supo que no podía contar con él, estaba claro que tenía demasiado miedo, y no lo culpaba, pero en esos momentos, no podía confiar en alguien como él, o pasaría nuevamente lo que ocurrió, por lo que, su mirada buscó a otra persona, y fue cuando se dió cuenta que Myung-gi miraba con preocupación a Jun-hee. Si este de verdad era un hombre, daría todo por ella, y por su bebé, no había duda.

Lentamente, Gi-Hun abrió los ojos, y empezó a toser; se sentía débil, y no entendía nada

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Lentamente, Gi-Hun abrió los ojos, y empezó a toser; se sentía débil, y no entendía nada.

Con pocas fuerzas se levantó, y se dió cuenta que estaba sólo en una habitación oscura que solo estaba alumbrada por un pequeño foco que no daba mucha luz.

Sin dudarlo, lo primero que hizo fue ponerse de pie e intentar salir, pero al hacerlo, cayó al suelo sin que pudiera evitarlo, y fue allí, que se dió cuenta que en sus pies y manos tenía gruesas cadenas que no lo dejarían ir a ningún lado.

—Maldición... —el sudor empezó a caer por su frente, y la desesperación apareció; sabía que mientras él estaba allí, muchas cosas estaban pasando, y no eran cosas buenas, pero mientras sus pensamientos lo sumergían, el ruido de la puerta abriéndose lo hizo salir de todos ellos.

—Jugador 456.

Esa voz gruesa y robótica hizo que su enojo apareciera, ¡era ese maldito de nuevo!

—¡Eres un bastardo!, ¡¿qué demonios quieres de mí?! —gritó con enojo.

—¿Qué quiero? —el hombre enmascarado se acercó hasta estar frente a él.

—¡¿Cómo es que no sientes ni un poco de remordimiento después de todas las vidas que terminaste?!

—Ellos eligieron su destino, pero tú, no podrás elegir el tuyo.

Gi-Hun sintió su cuerpo paralizarse cuando este se acercó aún más.

—Porque ahora, me perteneces… 456.

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