Una noche entre las literas, conversando. Luego otra abrazados, una tercera recostados uno junto al otro.
Pero 001 sabe que llegará la hora de levantarse y no volver a sentir ese cuerpo cálido junto a él nunca más.
Todo está sereno, todos duermen o al menos pretenden que lo hacen, recuerda cómo es sentir que no estás seguro entre esas literas, fue hace mucho tiempo ya.
Camina despacio hacia el hombre que parece que nunca se cansará, incluso ahora de madrugada Gi-Hun no parece tener nada de sueño. Debe reconocerle que es perseverante, respeta eso, pero ese hombre sigue siendo una espina en su zapato.
–Disculpa –dice en voz baja, tratando de sonar educado y ligeramente apenado – Si no tienes sueño, ¿Podemos hablar un minuto?–
Gi-Hun le da una mirada confundida al principio, trata de poner su cara más inocente, una máscara que oculte sus verdaderas intenciones, como la máscara que suele usar cuando está arriba.
– Sí, claro – finalmente responde.
In-Ho hace una expresión de agradecimiento antes de sentarse a su lado, siente la mirada del otro sobre él así que cada uno de sus movimientos deben ser precisos. Con precisos se refiere a espontáneos, debe parecer que realmente es solo un tipo agradable y algo asustado, mantenerse relajado y crear un aura de confianza y compañerismo con Gi-Hun.
– Creo que me sobrepasé hace un rato allá quisiera disculparme, te pido perdón –
Incluso mide su velocidad a la hora de hablar, debe sonar realmente arrepentido y apenado por su anterior comportamiento, aunque no se arrepiente por nada. Lo volvería a hacer solo para seguir divirtiéndose un rato, quiso golpear al imbécil de cabello morado en cuánto lo vió por primera vez, darle una lección delante de todos fue de más mejores cosas que sucedieron este día.
Pero la mejor de todas fue ver la expresión en el rostro de Gi-Hun cuando votó por el círculo, obligándolo a permanecer en este lugar donde él mismo se metió.
– Ah, no, todo está bien - responde Gi-Hun – Yo no debí haberte culpado a ti, estuvo mal, perdón. –
– Está bien –
– Disculpa –
Nuevamente intenta dar la impresión de ser algo tímido, voltea a ver sus manos y sus zapatos, como si estuviera pensando qué decir, todavía siente los ojos de Gi-Hun sobre él, algo en esos ojos cansados lo hace tensarse solo un poco.
Este hombre no ha sido más que un dolor de cabeza desde hace dos años, cuando en lugar de subirse al avión decidió jugar a ser héroe.
Mal gastando el dinero del premio recibido en un montón de estupideces, intentando encontrarlo.
Se atrevió a retarlo en la limosina, insiste en demostrar que puede ganar, que el mundo no es solo un montón de porquería y que ésta basura que se hace llamar jugadores no son más que objetos completamente desechables.
Todavía recuerda la fuerza en las palabras de Gi-Hun, la firmeza con la que lo retaba, sin miedo, sin titubeos. Algo admirable admite, recuerda las balas chocando a los lados del auto, como lo insultó y lo llamó cobarde, con demasiada valentía y dureza.
Algo bastante estúpido.
Cuando siente que la mirada de Gi-Hun comienza a quemarle decide hablar.
– Mi esposa está muy enferma – dice, no es del todo mentira – Cirrosis aguda, necesita un trasplante de hígado.
No le gusta hablar de su esposa, Pero necesita una historia convincente, necesita algo que realmente le duela lo suficientemente como para ponerse a llorar frente a Gi-Hun. Una historia lo suficientemente conmovedora para ganarse su confianza y simpatía.
– Pero mientras le hacían estudios descubrieron que estaba embarazada, así que le dijeron que tenía que abortar, Pero no quiso hacerlo, dijo que lo tendría aunque muriera... ella siempre ha Sido muy testaruda –
Sus ojos se comienzan a humedecer y siente que su voz tiembla, no es algo fácil recordar lo mucho que sufrió su amada, menos cuando hace solo unas semanas fue el aniversario de su muerte.
– No hay un hígado para el trasplante y su estado está empeorando, y ya pedí prestado todo el dinero que pude –
Se agacha intentando reprimir sus lágrimas, éstas no son falsas, recordar todo lo que tuvo que pasar para salvar a su amada siempre logra romperlo.
Es justo lo que necesita para ganarse el noble corazón de éste hombre estúpido y sentimental.
– Así que venir aquí era mi... última esperanza –
Le dirige una mirada triste a Gi-Hun, una mirada parcialmente falsa, Pero sonríe por dentro cuando ve el rostro conmovido de 456, se felicita a si mismo, ha conseguido su objetivo.
– Y sabía a qué te referías con lo que dijiste 456, que es dinero sucio – vuelve a hablar – Pero en serio me urge ese premio, aunque el precio sea la vida de otros, quiero ese dinero.
Sabe que Gi-Hun lo sigue observando, este hombre realmente es extraño, no le sorprende, hasta dónde sabe ha estado recluido de la sociedad desde hace años.
Pero que no deje me mirarlo le molesta, lo hace sentir raro. Hace que sienta que debe mantener su fachada con más esfuerzo, como si Gi-Hun pudiera leerlo, Pero es absurdo, este hombre solo es un imbécil más del montón de basura que ha pisado este lugar.
Siente una mano amistosa en su hombro, segunda de una ligera palmadita, sonríe y voltea a ver a 456 de nuevo, dedicándole una mirada de alivio y agradecimiento, como si fuera un amigo siendo consolador por otro.
Ve que Gi-Hun también sonríe, este hombre es demasiado fácil de manipular, es demasiado empático y sigue creyendo que las personas en realidad tienen algo bueno que ofrecer, Pero In-Ho se encargará de demostrarle que se equivoca.
– Buenas noches – dice antes de levantarse y dirigirse a su propia cama.
– Buenas noches – escucha que Gi-Hun le dice amistosamente.
Se acuesta sintiéndose victorioso, mañana será un día todavía más divertido, seguirá jugando con ese hombre hasta cansarse. Hasta romperlo y hacer que se arrepienta por haberse atrevido a retarlo, por creerse mejor que el insecto insignificante que es.
Mañana se divertirá mucho.
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