Capítulo 6

4.9K 467 16
                                    

Lucía

Odio respirar, hace unos momentos mi madre vino diciendo que trate de vestirme de una manera más "decente", pues los Sandoval estarán aquí. Ahora recuerdo por qué nunca bajaba cuando ellos venían, prefiero estar en mi cuarto.

Sin embargo, la intriga me mata.

Ahora que sé el interés romántico de mi hermano, no quiero desaprovechar la oportunidad para molestarlo. Sí, esta es mi manera de justificar por qué esa niña me parece interesante. Si ella no hubiera sido el interés romántico de mi hermano, no me habría acercado a ella.

¿Verdad?

Puff.

Es muy inteligente, además de linda. Jamás me había atraído alguien en mi vida, por momentos llegué a pensar que era asexual, tampoco he tenido pareja. Lo único parecido a algo romántico fue que una loca intentó besarme  sí, una loca.

Por alguna razón que no sé, la ex de Jean se obsesionó conmigo, mandándome cartas, flores, cuando quise decirle que parara, que a mí ella jamás me gustaría porque está loca, y es la ex de mi amigo, terminó dándome "un beso". Obviamente me aparté, no iba a dejar que una loca me besara, sin embargo, logró rozar sus labios. Fué una experiencia... Nada agradable.

Prefería omitir esa parte de mi vida.

En fin, cuando el colegio terminó, por fin dejó de molestarme. Según yo, esa era la única persona que había intentado algo conmigo, pero según Catalina y Jean, yo era ciega y ellos habían notado más "pretendientes".

Tal vez simplemente quiero integrarla a mi familia, ¿no? No soy de hablar con las personas o mostrarles un lado divertido y vulnerable, normalmente actúo neutral, ¿por qué con ella es diferente?

Tal vez es admiración… sí.

Primera fase: atracción.

No paso mucho tiempo decidiendo qué ponerme, pues todo mi armario me encanta, sobre todo porque la mayoría de mis prendas fueron creadas por mi abuela y yo.

Bajo con dirección a la cocina, donde Miguel parece estar cocinando como un pulpo, papá y mamá no están, ¡qué raro!

—¿Necesitas ayuda? —me acerco a ver qué hace, parece ser espagueti y alguna salsa.

No lo voy a negar, mi hermano es un poco bueno en la cocina, aunque tiene sus momentos donde las cosas no suelen salirle bien.

—¡Sí! Por favor —iba a seguir hablando, seguramente para pedirme que hiciera algo.

—Qué triste —me aparto y me voy.

Sé que él puede, a menos que haya un incendio, no voy a ayudarlo. Estando en la sala busco un canal que me entretenga, no estoy nerviosa por la cena de hoy, pero mi hermano sí, se le nota, seguramente para impresionar a sus futuros suegros. A mí no me importa, aunque esta sea la primera vez que me una a ellos, creo, mi memoria no es buena con cosas que no me importan o que no me sirven.

Al poco rato papá y mamá entran, reclamando por qué no ayudo a mi hermano. Discusión familiar. Al parecer Miguel va a preparar todo hoy, debe darse prisa, en cualquier momento llegarán.

Toc toc.

Mis sentidos nunca fallan. Papá abre la puerta, indicándome que vaya con él para recibir a la familia Sandoval.

—¡Sebastián! ¡Buenas noches, amigo mío! —mi padre y el de Noah se abrazan, mientras él saluda amistosamente a ese señor; yo me dispongo a invitar a Noah y a su madre a pasar.

—Buenas noches, señora, pase, siéntase en su casa —me mira por unos segundos con algo de curiosidad en su mirada, seguramente por las pegatinas en mi cara.

—Sí, buenas noches, Lucía, gracias —entra sin decir más.

Miro a Noah, un vestido verde oliva, muy buena elección, ella nota mi mirada y se acomoda el cabello por detrás de la oreja.

—Noah, luces muy linda, aunque realmente siempre lo estás, pasa por favor —la intención de mi comentario es molestarla, aunque realmente se ve perfecta con ese vestido, sin embargo, escucho a su padre carraspear. Mierda.

Noah mira a su padre un poco molesta y entra.

—Señor —le extiendo la mano, y él simplemente pasa de ella, papá mira extrañado esa situación, igual que yo, sin embargo, ninguno dice nada.

Ya conozco la mirada de sus padres, me he acostumbrado.

*

Entramos al comedor y mamá saluda efusivamente a los Sandoval, tomo asiento, ya me estoy cansando de esto y ni siquiera ha comenzado, podría hacer otras cosas en vez de estar aquí. Sin embargo, la razón del porqué estoy aquí se sienta a mi lado, y a mi otro costado, mi madre.

—Miguel se ha encargado de todo hoy; espero disfruten de esta cena —padre y los demás también se sientan.

Al minuto comienzan a hablar de cosas triviales; realmente no estoy poniendo atención,  miro un punto fijo en la mesa pensando a qué hora vendrá con la cena.

Mi Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora