capítulo 5

6.3K 566 50
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Noah

Esa chica parece tener la edad mental de una adolescente de 16 años, no puedo creer que ahora esté llena de pegatinas de Hello Kitty por toda la cara; parece que tiene un filtro de Instagram encima.

—Quiero que hagan un análisis literario del libro Hamlet, bien, hasta la siguiente clase —aplaude, dando a entender que los 10 minutos restantes son nuestros—. Noah, ¿podrías traerme el informe que te pedí?

Me levanto de mi lugar; ayer estuve toda la noche preparando detalladamente un reporte del salón, de absolutamente todo. Desde las normas hasta nuestro reporte económico de los meses correspondientes.

Dejo el reporte en la mesa, en serio, esta chica no tiene más de 16 años mentales, y está atrapada en el cuerpo de una sexy maestra de 24.

Alto.

Noah, aparta pensamientos impuros de tu cabeza, no le vuelvas a mirar el escote, rayos.

Falle.

Sé que el hecho de que las hormonas no me hayan pegado a los 14 iba a hacer que me den fuerte en algún otro momento. Ok, solo es atractiva, eso nadie se lo quita.

Dios, por favor, quítame la tentación de mirarle los atributos a esta chica, y perdona todos mis pensamientos impuros.

Recuerda, Noah, esto no es de Dios, mucho menos si es una chica, lo dice la Biblia.

—…pero realmente no sé cómo hacerlo, así que me gustaría tu ayuda, ¿qué dices? —vuelvo a la realidad, su cara llena de stickers me da ganas de reír.

—¿Perdón? —parpadeo más de una vez para concentrarme.

—Uhm, te decía si quieres ser mi asistente… —frunce el ceño— el aniversario del colegio se acerca, y me gustaría tu ayuda en la organización. Trabajar de la mano de la presidenta hará que me acople mejor. ¿Te parece?

No sería la primera vez que yo fuera la asistente de algún maestro, pero esto es más complicado, estar cerca de Lucía me pone nerviosa, y no entiendo por qué.

La conozco desde hace mucho, sí, pero apenas desde el domingo ella se ha propuesto saber de mi existencia. Era muy reservada, pero ahora, hasta bromea conmigo en su casa, no me disgusta, para nada. Pero… no lo sé, tenerla cerca te hace sentir pequeña, literalmente porque me saca por lo menos unos 10 centímetros. Y yo con mis poderosos 1,60.

—Sí… claro, no hay problema, profesora —mi respuesta sale justo antes del toque de timbre, ella sonríe—. ¿Por qué traes pegatinas en la cara?

Mi Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora