Finge que me quieres

Capítulo cuarenta y ocho.- Siempre has sido tú.

Pongan su presente con un ❄️

Summer.

Me levanté de la cama suspirando. Tenía nueve meses de embarazo, estaba tan enorme. Y aún estaba más sensible.

Pude notar a mi lado la gerbera solitaria, así que la tome sonriendo mientras leía la pequeña nota que está tenía.

Espero que tengas un día maravilloso, Evangeline, te amo.

Con amor, tu esposo.

—¡Por dios! —Susurré mientras buscaba con mi mirada mi pantufla, pero era imposible encontrarla. Quizás estaba debajo de la cama y no podría verla.

Nikolai en estos momentos estaba en el estudio de grabación y yo estaba sola y muy embarazada en nuestra casa. Los mellizos se movieron con fuerza haciendo que tomara mi espalda baja.

—Sí, sé que extrañan a su padre, yo también lo extraño. Pero no hay manera de que estén tan inquietos aquí se encuentra mami.

Sentí otro movimiento haciéndome quedar completamente callada.

—Bien por lo visto hoy han elegido el camino de no hacerle caso a mamá. Me parece genial, Nevan y Sky.

Sí, también estaba muy irritada, Ginger me había dicho que el último mes del embarazo era el más difícil y no se equivocó en absoluto.

Busque un vestido de maternidad, debía ducharme y arreglarme un poco ya que estos días me había estado sintiendo un poco mal por lo que solamente estaba en pijama, era hora de dejar de parecer una vagabunda para arreglarme, había quedado de ir a desayunar con las chicas.

Mi parto estaba programado para el día de mañana, por eso mismo Nikolai se encontraba en grabando un par de canciones ya que quería dejar terminado su álbum antes de que los mellizos nacieran.

Estaba tan emocionada al saber que ellos mañana estarían a mi lado y a la vez tan nerviosa.

Por eso mismo Ginger y Kinsey se encontraban aquí en New York, estaban ansiosas por el parto.

Tomé mis cosas de aseo personal antes de entrar a la ducha. Me mire en el espejo, en los últimos meses había cambiado demasiado y eso me hacía feliz ya que me hacía saber que estaba creando dos vidas en mi vientre.

La vida de mis pequeños, los pequeños que creé con el amor de mi vida. Puse mi mano en mi vientre ya que los mellizos se estaban moviendo como locos.

Al momento que ellos sintieron mi toque se movieron con más suavidad y no pude evitar sonreír. Solté mi cabello mientras entraba a la ducha, necesitaba relajarme un poco y disfrutar mi casi último baño sin bebés.

Ellos ya estarían aquí en casa y eso me ponía tan ansiosa. Sabía que ya casi no tendría tiempo para mí por eso estaba tratando de aprovechar lo poco que me quedaba. Después de veinte minutos salí de ducharme después de depilarme y exfoliarme todo el cuerpo. Me coloque mi bata mientras caminaba hasta la habitación para comenzar a arreglarme.

Sequé mi cabello mientras ponía un poco de música para relajarme, al estar lista salí de la habitación y tome las llaves del auto. Sonreí viendo las sillitas de los mellizos ya instaladas en el auto.