23. Trato

2.6K 182 102
                                    

Emersson
________________

No puedo respirar, siento como si me estuvieran agarrando el corazón y estuvieran apretándolo contra el suelo.

Aqman y yo nos dirigimos hacia el festival y juro que apenas puedo dar paso. La desesperación me está matando.

Tengo miedo.

¿Por qué se iría?

A menos que...

Menuda tonta. ¿Como es que no puede darse cuenta de que la amo?

Independientemente de si fuera mi alma gemela o no, es tan preciosa en cuerpo y alma que la seguiría eligiendo una y mil veces.

Rory nos siente llegar, porque se encamina hacia nosotros y Arlo hace lo mismo.

Comienza a caminar directamente hacia la casa de mis padres y Aqman y yo nos destransformamos antes de pasar por la puerta.

Respiramos tan pesado que creo que echamos humo por las orejas.

—Hagan el favor de calmarse...—comienza Arlo.

—No me digas que tengo que calmarme, por favor—responde Aqman, alterado.

—No entiendes una mierda de lo que...

—¡Yo ya perdí a mi esposa!—nos espeta—¡Claro que entiendo la gravedad de esta mierda, pero si no se calman no van a poder hacer nada!

Lo miro con mala cara, pero por primera vez tiene razón. Rory baja de mi cuarto y me tira una muda de ropa a mí y otra a Aqman.

—Vamos a ir a buscarlas, pero no hoy.—nos dice el hombre lobo.

—¡¿Qué?!

—¡¿Si entiendes que...?!

—Aqman—lo interrumpe mi progenitor—ni mi hija ni mi nuera son mujeres débiles, hazme el favor de no ofenderlas diciendo que corren peligro. Ellas ahora mismo están con la guardia alta esperando que las busquemos, obviamente se van a esconder. En cambio, si esperamos unos días van a bajar la guardia.

—No tenemos unos días, Arlo...

—No es cuestión de si tenemos o no unos días.—me interrumpe Rory.

—Eso no quita el hecho de que yo necesite saber que está bien—le suelto—Tanto Aqman como yo necesitamos saber que están bien y más importante: Necesitamos saber dónde están.

Rory y él fruncen el ceño, haciendo que Aqman y yo hagamos lo mismo.

—¿Les falla o qué?—nos dice Rory.

—¿Por...?

—Es obvio que fueron a la dimensión de las hadas.

Mierda.

Me froto la cara con las manos y me dejo caer de un golpe en el sillón, terminando de ponerme la camisa y suspirando con frustración.

Tengo ganas de matar a alguien.

Ni Aqman ni yo decimos nada por un largo rato, solo nos limitamos a maldecir a todos en nuestra mente, desearle la muerte a quien se nos cruce y a apretar la mandíbula.

Luna Llena De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora