Emily
La pesadez se va de mi pecho en cuanto cruzo la puerta de mi apartamento. Me aseguro de cerrar bien las cerraduras. Camino hacia el pasillo para llegar a mi habitación, y en cuanto entro, enciendo la lámpara y empiezo a desvestirme para darme un baño.
Luego de darme una ducha caliente, miro mi rostro en el espejo empañado. Las ojeras en mi rostro son evidentes; llevo días sin dormir adecuadamente.
Salgo del cuarto de baño con mi cabello mojado, goteando agua. Me seco, me pongo mi pijama más cómoda y me meto a la cama con toda la intención de descansar, sabiendo que será imposible.
Unos minutos más tarde, no logro dormir. Me remuevo entre las sábanas. Abro los ojos y me quedo observando el techo en un punto fijo.
***
—¿Todo bien, Emily? —Eberly se acerca a mí mientras lleva una bandeja en su mano para una de las mesas. Su tono de voz es bajo y un poco preocupado.
—Ammm... sí. —Le sonrío.
En estos momentos me encuentro limpiando algunos vasos. Levanto la vista de lo que estoy haciendo, cuando un hombre de cabello negro recortado bajito me sonríe.
—Hola... —logro decir.
—Hola. ¿Eres de aquí o de paso? —Estoy segura de que lo he visto antes.
El hombre se inclina hacia adelante, apoyando los codos en la barra, mientras me observa con... picardía.
—De paso. ¿Qué te hace pensar eso? —Inclino una de mis cejas hacia arriba.
—Tengo años visitando este local. No te había visto antes. —Suelto una risa.
—Tú tampoco pareces ser nativo de aquí. —Él ríe.
—En absoluto. —Me lo imaginaba por su acento.
Me hace sentir un poco incómoda la forma en que me está observando, como si me estuviera evaluando. De nuevo estoy sintiendo que alguien me observa, aparte del hombre que tengo frente a mí. Miro para todos lados, incluso a través del vidrio de la cafetería, pero nada.
—Oh...
—¡Emily! Necesito que atiendas una mesa, afuera. —Grita Paolo, mi jefe.
—Oh. ¿Ibas a ordenar algo? Como ya puedes escuchar... tengo que atender una mesa. —Trato de sonar lo más educada.
—En realidad... te quería invitar a salir. —El hombre se rasca la cabeza y ríe nerviosamente.
—¿Salir? —Pregunto tratando de sonar casual, como si no me hubiera afectado la idea de salir con él.
—Por supuesto. ¿Por qué no? —Sus ojos marrones de un color intenso me miran sin pestañear ni un poco.
—Ni siquiera te conozco y tampoco sé tu nombre. —Replica.
—Para eso es la cita. Tu compañera de trabajo, Eberly, me ayudó a perder la timidez al acercarme a ti. —Mi mirada pasa de él a Eberly, que está a lo lejos asintiendo con la cabeza y alzándome los dedos hacia arriba.
—Y antes de que digas que no, mi nombre es Thiago. —Me señala con su dedo índice.
Mi vida aquí en París es aburrida; tengo que agregarle emoción.
—De acuerdo. —Me muerdo los labios de los nervios.
—¿Te parece mañana, por la noche? Conozco un pequeño restaurante por aquí, la comida es decente. —Sus ojos están puestos en mi boca. Eso me hace sentir un poco incómoda.

ESTÁS LEYENDO
Peligroso Deseo +18 [libro 1]
RandomEmily es una chica de bajos recursos que llega a la ciudad de Londres cuando su madre consigue trabajo para la familia Torrance, una de las tres familias más adineradas, no solo de Londres, sino de toda Europa. Ahí es donde conoce a Cole, el hijo he...