"A veces, el adiós es necesario"
Emily
En cuanto llegamos a la casa, Cole no me ha dirigido ni una sola palabra, tampoco lo hizo de ninguna forma cuando íbamos de regreso en el auto. Me enseñó a disparar varias armas, pero siempre mantuvo la distancia. Su tono nunca fue frío, pero su alejamiento sí lo era.
¿Por qué es que estoy tan confundida?
Davide entra en la sala de estar con el perrito del refugio en sus manos.
—Giovanna llamó. Me pidió preguntarte sobre el perrito, si aún tienes pensado quedártelo. —Cierto. Lo había olvidado con todo lo que está pasando.
—Lastimosamente... no. —Me muerdo el labio superior.
—¿Por qué no? —Davide niega; su rostro está lleno de confusión.
—Mañana regreso a Londres. —Él asiente.
—De acuerdo. Mañana iremos a Londres. —Niego.
—No. Yo regreso... pero sola. A partir de ahí iré a otra parte, muy lejos. —Siento el peso en mi garganta.
Davide se queda en silencio. En estos días lo he estudiado lo suficiente. No solo es mi seguridad, también es como más o menos una buena compañía. Todo este tiempo, en que Cole me dejó atrás y la pérdida de mi embarazo, Davide estuvo ahí. No me apoyó con palabras, pero sí con sus gestos y, sobre todo, su silencio. Nunca me preguntó cómo estaba yo en realidad, nunca dijo una palabra, pero su compañía y que me siguiera a todas partes no me hizo sentir incómoda.
—¿Él lo sabe? —pregunta en un tono más bajo.
—Él lo sabe. Él me dejó ir. —Davide se queda unos segundos en silencio y luego asiente.
—¿Crees que él lo hace? —se queda quieto observándome.
—Sí, él lo hace. Me iré muy lejos, comenzaré de cero. Soy una profesional en eso. —A diferencia de la otra vez que huí a Londres con mi madre, fue por miedo. Ahora es por decepción y el por qué me enamoré como una maldita estúpida.
Cole no solo me enseñó a sentirme viva con sus palabras y besos. No. Él me desarmó por completo y me dañó para él. Vuelvo y me pregunto a mí misma si irme es la decisión correcta.
No importa cuántos malditos muros y distancias ponga, él está ahí, como una sombra que no puedo ignorar. Pero si me quedo, estoy perdiendo algo más importante: mi orgullo, a mí.
***
Leonora me ayudó a poner el comedor. Platos elegantes, su botella de whisky favorito, vino rojo del viñedo, elaborado por Leonora. Llevo un vestido blanco de satén y mi cabello suelto. Quiero llevarme esta cena en mis recuerdos y preguntarle muchas cosas que nunca me he atrevido a preguntar. Una de ellas es quién es Amelia. Esa chica que está en su habitación, esa chica que estuvo aquí y que dónde está ella, y que si aún él siente algo por ella. Y sobre todo eso te ese día es que me dijo cosas hirientes.
El reloj está avanzando muy rápido, llevo dos horas aquí, son las 9:15 y mi corazón late más rápido con cada tic tac del reloj. Me duele el corazón de esperar algo que nunca va a ocurrir.
Me quema pensar en lo que nunca seremos, en lo que debió haber sido.
10:30 p.m.
Todo está en la mesa sigue intacto. Los cubiertos, el vino, como si todo fuera un accesorio. La comida ya está fría y yo sigo aquí, esperando a alguien al cual no le importo, el cual solo me ve como una posesión, como su juguete.

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Peligroso Deseo +18 [libro 1]
RandomEmily es una chica de bajos recursos que llega a la ciudad de Londres cuando su madre consigue trabajo para la familia Torrance, una de las tres familias más adineradas, no solo de Londres, sino de toda Europa. Ahí es donde conoce a Cole, el hijo he...