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*Si no es mucha molestia comenten pliss y no sean lectores fantasma se lo agradecería mucho que comentaran en esta historia*
Capítulo uno del segundo acto: Pensamientos de boda
Un Año Después
La aldea de Berk amanecía con el sonido de las olas rompiendo contra los acantilados y el canto de dragones sobrevolando el cielo.
Había pasado un año desde la victoria sobre Drago y el ascenso de Toothless como el Alfa de los dragones.
Desde entonces, Berk había prosperado como nunca antes, fortalecido por la unión de humanos y dragones.
Entre los habitantes de Berk, una figura en particular había encontrado un lugar muy especial en la comunidad...
Kaela, la joven que no solo había conquistado el corazón de Hiccup, sino que también se había ganado un lugar único como protectora y sanadora de dragones.
Kaela, con su cabello platinado con mechas rojas ondeando al viento, caminaba en sus días por los alrededores del granero que habían adaptado como su clínica para dragones.
No era solo una curandera, la gente la llamaba "madre de dragones", un título que englobaba tanto su conocimiento sobre el cuidado de estas criaturas como su habilidad para conectar con ellas de manera instintiva.
Había estudiado con atención cada herida y dolencia que podía aquejar a los dragones, desarrollando técnicas que combinaban hierbas medicinales, compresas de calor y su habilidad natural para calmar incluso a los dragones más inquietos.
Cuando Kaela no estaba trabajando con los dragones heridos, pasaba su tiempo volando con Arrax o explorando la aldea junto a Hiccup.
Arrax tras un año estaba más cansado que antes, debía estar más tiempo descansando después de un viaje aunque fuera solo de unas pocas horas pero Kaela nunca quería estar con otro dragón más que su amigo y Toothless