XIII

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El día de la ceremonia, en la que se celebra la toma de mando de la secta como líder por parte de Wei ChangZe, ha llegado junto a sus invitados. Todo salió bien, sin percances de por medio.

Los niños y herederos salieron a jugar, siendo vigilados por discípulos mayores para evitar que alguno caiga a los estanques y que se ahoguen los que no saben nadar.

Wei Ying corría y, detrás de él, iba su hermano Jiang Cheng. HuaiSang, a quien ya conocía. Wen Ning también estaba en el grupo, junto a Wen Xu, Jin ZiXuan y ZiXun. Y muy detrás de ellos iba Lan Huan, llevando a su hermano de la mano; si bien no corrían, caminaban apresurados para no perder al grupo que les llevaba una gran delantera. Lan Yông también seguía a sus primos, tratando de comprender el apuro.

La intención de Lan Huan es hacer que su hermanito participe en los juegos de Wei Ying para que interactúen. Quiere aprovechar cualquier oportunidad que se le presente para que se conozcan un poco más, ya que la última vez que se vieron en Gusu Lan fue un fracaso.

- ¡¡Wei Ying, Wei Ying, espera!!, nos estás dejando atrás - llama Lan Huan. - Mi hermano y mi primo no pueden ir más rápido.

A pesar de que Lan Huan era escuchado, los niños estaban más entusiasmados con correr y jugar.

Los niños llegan a los árboles; había uno muy particular que había crecido torcido, y el tronco estaba a una altura suficiente como para que los niños lo escalen y puedan jugar entre las ramas.

- Eso es peligroso, pueden tener un accidente - se ve preocupado Lan Huan. - Mejor bajen a un lugar más seguro.

- Lan Huan es cobarde - se burla Jin ZiXun.

- No soy cobarde, soy precavido - se defiende Lan Huan.

- Eso es ser cobarde - se ríe Jin ZiXun.

- Si ustedes no quieren subir, dejenos jugar tranquilos - grita Wen Xu desde más arriba.

- Yo quiero ser un pajarito, y los pajaritos están en los árboles - dice HuaiSang, que está sentado en una de las ramas.

- Y A'jue decía que su hermanito era un cobarde - piensa Lan Huan. - Podemos jugar todos aquí abajo.

- Yo quiero jugar aquí arriba - dice Jin ZiXuan.

- Lan Huan no es cobarde; pasa que Gusu Lan tiene muchas reglas, y algunas prohíben saltar, correr, reír, gritar, y estoy seguro de que hay una que prohíbe a los niños subirse a los árboles - hace saber Wei Ying, saltando sobre el tronco en lo que se sujeta de una rama.

- ¡Qué aburrido son los Lan! - dice ZiXuan.

- ¡Qué penita que los niños no puedan ser felices! - exclama HuaiSang con preocupación.

- Lan Huan y los otros deberían regresar por donde vinieron. Yunmeng Jiang también tiene una biblioteca; pregúntenle por ella a cualquier discipulo de la secta. Los Lan se divierten estudiando - dice Wei Ying, escalando por las ramas un poco más arriba.

- También nos divertimos jugando - replica Lan Huan.

- Sí, juegan en filita, caminando uno al lado del otro para ver quién camina más lento - se burla ZiXuan.

- Nosotros podemos jugar igual como lo hacen ustedes - reta Lan Huan.

- Nisitris jiguimis iguil qui istidos - se burla ZiXun.

- Verán que sí - Lan Huan insta a su hermano a escalar el árbol, empujándolo del trasero hacia arriba.

- Hermano, no quiero - Lan Zhan hace un mohín.

- Sube, nosotros también podemos hacerlo - continúa Lan Huan empujando.

- Hermano Huan, no creo que sea bueno; es mejor que bajen - Lan Yông se ve nervioso, mirando a todos lados. Pero, por alguna razón, los discípulos que los cuidaban ya no estaban detrás de ellos, así que no tenían a quién pedir ayuda. Quería ir con su papá, pero este le había dicho que no se apartara de sus primos.

Alma y corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora