"Aveces los libros nos encuentran de una forma u otra, y nos hablan de lo que necesitamos escuchar".Emily
De las peores cosas que se puede sentir es el peso de la culpa. Se siente como un monstruoso desastre que se aferra a mi pecho, y no me suelta para darme un respiro. No puedo pensar en nada más, siento culpa. El hecho de que Cole esté aquí, y el hecho de que un hombre acaba de perder un ojo por mi desastre.
En estos momentos no lo quiero ver. En realidad, aunque él actuó de una manera cruel, fui yo quien llevó a cabo ese plan, sabía muy bien que Cole no tiene un límite. Pero él dijo que yo no le importaba, entonces, ¿qué quiere él?
¿Cómo es posible que esa misma persona, la cual mata sin piedad, como si esa fuera su rutina rutinaria, sea la misma que me hace sentir segura y, a la vez, la misma persona que me hace daño? Él no me aterra, lo que me aterra ahora soy yo.
Lo peor de todo fue que me alegré en la parte en que vino a mí, de alguna forma, en ese momento sentí que no me detesta del todo. En el fondo me gusta que me proteja, aunque sea de una forma enferma o destructiva.
¿En qué tipo de persona eso me convierte?
—Fue mi culpa.— eso es todo lo que me logro decir a mí misma.
Estoy encerrada en mi habitación, de hecho, Davide me encerró aquí por orden de Cole. Necesito irme lejos. Trago saliva y los ojos me arden con lágrimas no derramadas. No, no solo siento culpa y que Cristo me perdone por mis pensamientos pecadores. También siento alivio, porque lo hizo por mí. Eso es lo que más me atormenta, ese pensamiento.
Cristo Emily, ¿qué clase de persona puede pensar algo así?
La cerradura de la puerta suena, alguien tratando de entrar. Estoy preparada para arremeter contra Cole, pero no es él la persona que entra, es Leonora con una sonrisa.
—Le traje un té.— Leonora pone la bandeja a mi lado, hablando con una voz suave.
—Gracias.— mi voz sale rota.
—Cole es un hombre difícil, lo sé. Es un hombre que nunca actúa de una manera correcta. No creció con una familia amorosa, él desconoce eso.— algo que siempre me he preguntado. La relación de él, especialmente con su madre.
—¿Él pidió que me subieras el té?— eso es obvio. Me tiene encerrada aquí.
—Sí, algo para calmar los nervios. Pero en realidad, más que todo, me preocupo por usted.— Leonora toma asiento a mi lado. Agarra una de mis manos, brindándome un calor reconfortante.
Leonora se ha portado muy bien conmigo, el tiempo que pasamos a veces juntas, en la cocina tomando chocolate caliente o compartiendo los horneados que hace para mí, ha sido reconfortante estos últimos días. Gracias a ella no me siento tan solitaria.
—Te lo agradezco, Leonora.— aprieto mis labios.
—No dejes que la tristeza te consuma.— su cara está llena de compasión.
—Necesito pedirte un favor.— Leonora se queda un momento en silencio. No creo que ella sea capaz de ayudarme. Leonora está llena de afecto hacia Cole.
—¿En qué la puedo ayudar?— pienso muy bien mis palabras ante lo que le voy a pedir.
—Necesito irme.— Leonora suelta mi mano y se levanta negando con la cabeza.
—No puedo.— mis ojos se llenan de lágrimas. Me levanto acercándome hacia ella. Ahora es mi turno de tomar sus manos entre las mías.
—Lo amo... pero nos estamos haciendo daño juntos. Él no me quiere tener, tampoco me quiere dejar ir. Estoy confundida, Leonora.— ella niega.
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Peligroso Deseo +18 [libro 1]
RandomEmily es una chica de bajos recursos que llega a la ciudad de Londres cuando su madre consigue trabajo para la familia Torrance, una de las tres familias más adineradas, no solo de Londres, sino de toda Europa. Ahí es donde conoce a Cole, el hijo he...