¿Olvidar cosas?
~•~
No se puede olvidar aquello que
se tiene aferrado al corazón.—Mario Benedetti
Jake.
El silencio era lo que reinaba en el pasillo, del otro lado de la puerta se oían los sollozos de Sam. Por cada sollozo sentía como una daga se instalaba en mi pecho, la sangre recorría todo mi interior, mi corazón latía con una tristeza profunda. Me sentía impotente, sin saber cómo calmar su dolor, sentía como si me quemara. La puerta que nos separaba se sentía como una barrera indestructible, y yo sentía que me ahogaba en un vaso de agua. Cada sollozo de Sam me recordaba el porqué debía mantenerme alejado de ella, cada uno era un recordatorio doloroso de mi capacidad para lograr herirla, yo tengo que encargarme de cuidar su frágil corazón, sin embargo soy el que cada vez lo deja más roto. Mi pecho ardía del dolor y mi alma se sentía vacía, como si estuviera perdiendo una gran parte de mi, y creo que es porque mi corazón se encuentra destrozada en el otro lado de la puerta.
—¿bonita?, ¿podrías salir de ahí?, ¿por favor? —murmuro regulando mi tono de voz ya que me había mantenido en silencio durante mucho tiempo, llevábamos aquí horas, pero no iba a moverme hasta verla.
—Era ella, ¿verdad? —murmura de manera casi inaudible.
—¿Quién?
—La chica de arriba, ella es... es Joselyn, la ví en unas fotos que encontré bajo tu cama cuando buscaba mis zapatos.
—Si, es ella.
—¿Podrías decirle que se vaya?, por favor.
—Le dije que se fuera hace mucho tiempo —murmuro de igual manera.
—¿Ya se fué? —susurra.
—Si, bonita, ella se fué —y como si esas palabras fueran un conjuro, la puerta se abre al instante. Me levanto del suelo de manera veloz y sonrío al volver a ver sus bonitos ojos. Una gran mancha bajo ellos me hacen mirarla con detenimiento, el pecho se me contrae y ella baja la mirada, me acerco de manera rápida, mi mano se posa en su mentón y ella retrocede enseguida.
—No me toques —uno —no te quiero cerca —dos —me duele y me quema —tres; tres puñaladas le había dado a mi corazón con unas simples palabras. —Tenías cartas de ella aún guardadas.
—Eso fue antes de conocerte, Sam...
—¿No las pudiste esconder en otro lado?, ¿no pensaste en que las podría encontrar?
—No, no he pensado en otra cosa que no seas tú, Sam, te amo.
—A ella también.
—No, creí que la amaba, pero no es así, a ti te amo, y te juro que lo que siento por ti no lo he sentido por nadie más —Intento acercarme a ella pero retrocede en silencio.
—No, no me toques —murmura entre susurros.
—No me hagas esto Sam, mi corazón no soporta tu desprecio —murmuro con un dolor atravesándome la garganta.
—La tocaste a ella, no pienses en tocarme a mí luego de eso.
—No la toqué, no he tenido el mínimo contacto con ella porque no eres tú, no tocaré jamás a otra mujer que no seas tú, porque el tacto de otra me quema —me acerco a Sam de manera cautelosa, toco su mejilla suavemente y detallo aquél gran moretón de su ojo, la miro de arriba a bajo cuando noto todos los moretones que cubrían su pequeño cuerpo, se me eriza la piel al notar la sangre fresca que adornaba su rostro, el labio partido me hace contraer el pecho —¿Quién carajos te hizo esto? —murmuro y la abrazo inmediatamente al darme cuenta que su labio temblaba, su cuerpo tiembla y enseguida se derrumba frente a mí.

ESTÁS LEYENDO
Una Ilusión.
Teen FictionSecretos que pesan más que los suspiros, dos corazones agonizantes anhelando ser salvados, aquellos corazones heridos que buscan una cura, al otro. Unidos por una conexión que desafía las barreras del tiempo, descubren que el amor puede florecer in...