Acebo Y Muérdago

Capítulo 7

En los siguientes días, Severus probó varias veces sus lotes de pociones reposados y afortunadamente, parecían estables. No habían reaccionado mal a la sangre de Harry y parecían drenar una cantidad relativamente grande de magia. Lo común en las pociones que entraban en contacto con la magia del núcleo, era que aumentaran la magia, pero había ingredientes que podían drenarla.

Severus técnicamente había hecho un "bloqueador de magia". Para un mago común y corriente, una dosis de esta poción lo dejaría apenas por arriba de un squib por un día o dos. Un mago con su nivel de magia alrededor de 15 a 20 horas. Un mago con los niveles de magia de Harry, tendría que tomar una dosis de esta poción a diario si quería parecer un mago normal.

La idea es que Harry la tomara solo una vez cada tercer día para mantener sus niveles de magia lo más cercano a los niveles que ya podía controlar y a la vez, ese drenaje mágico le ayudara a controlar las convulsiones. Era mejor empezar con dosis pequeñas y espaciadas para ir adecuando las dosis.

Harry aviso a San Mungo de su colaboración y le pidieron a Severus revisar la receta y las dosis ya hechas de pociones. Severus respondió que con gusto, luego de firmar un contrato de confidencialidad respecto a las pociones, ya que pensaba patentarlas y no quería filtraciones. San Mungo aceptó y las pruebas de ese lado habían comenzado.

Tardaría alrededor de unos 3 a 4 días, pero una vez San Mungo diera luz verde, Harry tendría que ir y tomar una dosis, quedarse un día para monitorearlo y medir sus niveles de magia. Si todo salía bien, sin grandes efectos secundarios (aunque Severus esperaba que ningún efecto secundario se presentara), Harry podría empezar a tomar dosis regulares y vivir una vida sin las convulsiones. Al menos hasta que encontraran el roble sagrado.

Encontrar aquella raíz indicaba claramente la existencia de uno en el pueblo, pero podía estar en el bosque o en una propiedad privada. Se sabía que había árboles que podían extender sus raíces hacia distancias mayores a su "zona particular". Así, aunque un árbol se viera pequeño, sus raíces podrían estar cubriendo una amplia zona de suelo. El roble podría estar incluso fuera del pueblo pero en un terreno relativamente cercano. Rastrearlo supondría bastante tiempo.

Severus cruzaba los dedos para que la poción pasara las pruebas de San Mungo y su reciente amante pudiera vivir una vida más tranquila y tuvieran ese valioso tiempo disponible para rastrear el roble. Incluso si su relación no duraba más allá de unos meses, Severus se prometió ayudar a Harry a encontrar aquel árbol.

Mientras esperaban la respuesta de San Mungo, Severus y Harry empezaron sus preparativos para Yule. Severus casi terminaba sus renovaciones a la mansión y estaba pensando en cómo decorar la mansión y si debería dar alguna especie de fiesta. Harry, por su parte, había estado horneando algunas cosas tradicionales, así como panes dulces y salados de otras latitudes del mundo, como esas rosquitas rusas saladas. Un panettone italiano se veía ya en las charolas, así como algunos fruit-cakes de tamaño pequeño, mediano y grande, ya con glaseados y decoraciones, y unos cuantos sin nada.

Dentro de la pastelería, apenas pasó la primera mitad de noviembre, Harry la había decorado con algunas rodajas de naranja seca y ramas de canela. Algunas ramas de acebo colgaban aquí y allá. Aún no había puesto muérdago, ya que siempre esperaba a la primera semana de diciembre para eso y también puso algunas guías de hiedra que le había comprado a su ex-compañero de Hogwarts, Neville. La hiedra que Neville vendía siempre se veía hermosa cuando la hacía crecer alrededor de las vigas del techo y colgaba de forma exuberante.

Harry siempre ponía algunos detalles más "navideños" también, como una que otra decoración de renos y un simpático Santa Claus para que los turistas no preguntaran mucho sobre las otras decoraciones.