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Felix estaba sentado al borde de la cama en la habitación que le había asignado una de las señoras de la casa. El rubio cepillaba su hermoso y ligeramente largo cabello mientras se miraba en un enorme espejo frente a él.

—Es gracioso —murmuró para sí mismo—, mi hermana podía tener todo tipo de lujos y comodidades mientras yo intentaba ganarme la vida con esfuerzo, tan lejos de aquí.

Se levantó y se acercó al espejo, levantando un poco su camisa para observar su abdomen plano y su pequeña y delicada cintura. Mientras se miraba, pensaba en lo mucho que adoraban a Lía en esa casa. De camino a la habitación, había visto muchos retratos de ella y del señor Hwang.

Felix se dejó caer sobre la cama y abrazó una almohada, suspirando profundamente.

—No trabajaba y se acostaba con un hombre al que la palabra "guapo" le quedaba corta... y millonario, vaya vida —dijo en voz baja, cerrando los ojos lentamente hasta quedarse dormido.

Mientras tanto, Hyunjin estaba recostado en su propia cama, mirando el lado donde solía dormir Lía. Se sentía tan vacío. El pelinegro se abrazó a sí mismo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

—Demonios... —susurró, sintiendo una punzada de dolor en el pecho.

Hyunjin no podía entender por qué le ponía tan nervioso alojar a ese chico. Era como una tortura; no podía ni siquiera pensar en salir y encontrarse con él.

De repente, una de las señoras que trabajaba en la casa llamó a la puerta.

—Señor Hwang, ¿desea que le sirva la cena en su habitación?

—No quiero comer, gracias —respondió Hyunjin con voz apagada.

No tenía ganas de hacer nada, ni siquiera estaba seguro de cómo podría seguir viviendo. Se recostó de nuevo, cerrando los ojos con fuerza, tratando de ahogar el dolor que sentía. No estaba de humor para nada.

...

Felix se despertó repentinamente y se fijó en la ventana, sorprendiéndose al ver todo oscuro. Miró la hora en su teléfono: eran las 1:58 am. Se levantó estirándose, ya que había dormido en una posición incómoda. Tenía que cambiarse de ropa, tomó un short y una camisa de pijama holgada que tenía doblada bajo el short.

—Tengo hambre... —murmuró mientras caminaba hacia la puerta y la abría delicadamente.

Caminó por el enorme pasillo que había recorrido anteriormente de camino a su cuarto.

—¿Dónde estará la cocina? —se preguntó en voz baja.

El rubio caminaba silenciosamente, buscando en cada habitación. Su estómago ardía de hambre y tenía mucha sed. Mientras caminaba, miraba con una mueca molesta todos esos cuadros de su hermana.

—Maldición —dijo rascándose la nuca.

Finalmente, encontró lo que ansiaba: la cocina. Felix sonrió y caminó hasta la nevera, donde encontró un poco de leche y una rebanada de torta. Tomaba pequeños trozos con la mano.

—¡Ah, está muy rico! Ah~ —exclamó felizmente.

De repente, sintió un toque ligero en su hombro. Felix se volteó asustado, derramando algo de leche en el piso, lo que provocó que se resbalara. Intentó sostenerse de la persona detrás de él, pero ambos terminaron cayendo.

—¡Ah! ¡Carajo! —gritó Felix.

La luz del refrigerador le ayudó a ver a Hyunjin encima de él. Una de las manos de Hyunjin sostenía su cabeza y la otra, accidentalmente, sostenía su muslo bajo el short, que se había subido un poco con la caída.

Hyunjin frunció el ceño al ver la cara de Felix. Esto era lo que menos quería. Era terrorífico lo hermoso que era Felix, y claro, cómo no serlo. La misma delicadeza y belleza de Felix fue lo que lo hizo caer rendido a los pies de Lía.

—Señor Hwang —dijo el rubio con una sonrisa, acomodando su cabello detrás de sus orejas.

Hyunjin suspiró profundamente.

—Esto anda mal —murmuró para sí mismo.

—Esto anda mal —murmuró para sí mismo

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¿Qué les parece la historia?

He estado trabajando mucho, prometo traerles capítulos frescos todos los días.

Los ama, Changgylix.

lovely scent 🌹 HYUNLIX +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora