Veinticinco; El giro fatal

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Arianna Fernández 

Mi mente no podía dejar de procesar lo que acababa de ver en la televisión. Alfredo Guzmán, el hombre que conocía desde hace años, el que había estado siempre cerca, a mi lado, se encontraba ahora en el Altiplano. Las palabras de la reportera retumbaban en mi cabeza: "Sin duda uno de los golpes más fuertes al narcotráfico." Mi corazón se aceleró, pero no era por miedo o preocupación por su bienestar, sino por la pregunta que rondaba mi mente: ¿Qué implicaba todo esto para mí?

Me levanté del sofá, caminando de un lado a otro mientras intentaba reunir mis pensamientos. La situación que había tomado un giro tan oscuro parecía fuera de mi control. Alfredo no solo había sido una pieza clave en toda esta red, sino que ahora me encontraba involucrada en algo mucho más grande que yo.

El teléfono sonó, sacándome de mis pensamientos. Era Juan Carlos.

— Arianna, tenemos que hablar. — Su tono era grave, pero no era sorprendente. Los últimos días se habían sentido como una tormenta que no dejaba de azotar.

— ¿Qué pasó? — Respondí, intentando mantener la calma.

— La información que diste tiene repercusiones más allá de lo que pensabas. Las personas involucradas no son solo amigos de Alfredo, están ligados a estructuras mucho más poderosas. — Hizo una pausa. — Esto no será fácil, pero si no actuamos rápido, podríamos quedarnos sin salida.

Un escalofrío recorrió mi espalda. Sabía lo que significaba esto. Si había algo que entendía bien, era que en este mundo, una vez que te metías demasiado profundo, las consecuencias podían ser mortales. No era solo mi vida la que estaba en juego, sino también la de Alfredo, la de Iván y la mía propia. Ya no había vuelta atrás.

— ¿Qué propones? — Mi voz sonaba más tranquila de lo que realmente me sentía. La incertidumbre estaba carcomiéndome por dentro.

— Lo primero es asegurar que la información que entregaste llegue a manos de las personas correctas. Después, necesitamos encontrar una manera de contactar a Iván. Sabemos que su situación es delicada, pero si él puede hablar directamente con las autoridades, podría cambiar las cosas a su favor.

— ¿Y Alfredo? — Pregunté, sintiendo un nudo en el estómago.

— Alfredo está atrapado, Arianna. Pero aún tenemos un par de cartas bajo la manga. No está todo perdido.

Lo miré, aliviada, pero con una sensación de peso sobre mis hombros. Había tomado decisiones difíciles, pero ahora era el momento de demostrar si realmente podría manejar todo esto. Podía sentir mi respiración entrecortada, pero no iba a rendirme. No lo haría.

— Necesito hablar con Iván, lo más pronto posible. — Le dije a Juan Carlos con determinación. Sabía que si no tomaba control de la situación, perdería a las personas más importantes de mi vida.

— Lo haré. Te mantendré al tanto. — Me colgó.

Dejé el teléfono sobre la mesa, luego tomé la carta de Archi que guardaba en mi bolso y la leí una vez más. A pesar de todo, seguía siendo la misma mujer que él había amado, aunque ahora no era más que una sombra de lo que había sido. Las palabras escritas en esa carta me destrozaban cada vez que las leía, y aunque deseaba poder regresar el tiempo y cambiar las cosas, la realidad era que no podía. Solo podía intentar hacer lo correcto ahora.

El reloj avanzaba rápidamente, pero mi mente no dejaba de pensar en lo que debía hacer. Era un juego peligroso, y ahora más que nunca, debía asegurarme de que el futuro no me arrastrara hacia un abismo del que no podría salir.

El sonido de la puerta me sacó de mis pensamientos. Me giré rápidamente, esperando una noticia, pero en su lugar, apareció Alfredo, en persona, de pie en el umbral de la puerta.

— Tienes que ayudarme, Arianna. — Dijo con voz ronca, mientras sus ojos se llenaban de desesperación.

Todo había cambiado. Y ahora la verdadera batalla comenzaba.

Espero que les esté gustando. Tengo historia de Ovidio en mi perfil por si gustan leerla !!

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