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*Si no es mucha molestia comenten pliss y no sean lectores fantasma se lo agradecería mucho que comentaran en esta historia*
Capítulo tres: Corazones en llamas
Dos semanas habían pasado desde que Kaela llegó a Berk, y aunque al principio había sido recibida con recelo, poco a poco comenzó a integrarse en la vida de la aldea.
Era una mezcla entre el misterio que la rodeaba y su disposición para ayudar lo que cautivaba a los habitantes.
Incluso se había adaptado al estilo de vestimenta de los vikingos, aunque conservando algunos elementos que reflejaban su esencia.
Kaela llevaba una túnica roja bordada, un chaleco gris, una capa de lana clara, correas de cuero cruzadas y un accesorio metálico en el cabello,
En sus muñecas portaba brazaletes de metal grabados con su nombre escrito en el idioma que de hablaba en Berk, obsequio de Astrid con quien poco a poco iba adquiriendo lo que ella queria creer que era una amistad y quien la había ayudado a ajustar su atuendo para que fuera más funcional para el clima y la vida en Berk.
Había añadido mechones rojos a su cabello, un símbolo de renovación y fortaleza que había aprendido de su abuela cuando aún era humana....
Cuando estaba en su mundo sentía que no podía cambiar su estética debido a que su leyenda al describirla de cierta forma no podía alterarlo
Pero ahora que nadie sabía que ella era una leyenda ni nada podía hacer con su apariencia lo que quisiera y el rojo en su cultura representaba el fuego interno que nunca debía apagarse, incluso en los momentos más difíciles.
Los mechones resaltaban entre su cabello plateado y atraían miradas de curiosidad y admiración, sobre todo de los jóvenes aldeanos.