EmilyEstoy en uno de esos momentos donde me cuesta respirar. Es difícil cuando estoy sintiendo justo ahora que todo a mi alrededor se derrumba. Davide me guía por el jardín trasero; aún puedo sentir los pasos de los hombres que nos siguen y los disparos tras disparos.
Davide me toma por el brazo, guiándome hacia detrás de la pared de la casa de la piscina. Me hace una seña diciéndome que guarde silencio. Mis ojos se llenan de lágrimas, estoy aterrada.
—¿Cómo saldremos? No hay forma. —A pesar del miedo y el dolor, mi voz sale serena. Davide gruñe de frustración, llevándose las dos manos a la frente.
—Tengo que sacarla de aquí con vida. —Él respira y exhala, tratando de calmarse.
—¿Quiénes son esas personas? —Los ojos de Davide se encuentran con los míos.
—No es la primera vez que nos atacan en una fiesta o cualquier otro lugar. El jefe es el Don de la mafia siciliana, y desde la muerte del antiguo Don, el jefe no ha estado aquí en Sicilia. Su primo es el segundo al mando; no me cabe duda de que ese stronzo quiere ser la cabeza de la famiglia.
—¿Por qué querría matar a su propia familia? —Davide suelta una risa amarga.
—Es un traditore. Así es este mundo: la sangre no vale, el dinero sí. A menos que sea la sangre de tu enemigo derramada.
De repente, unos pasos apenas resonando en el césped nos alcanzan. Me muerdo los labios por los nervios y por lo que se aproxima; mi corazón late a mil. El temor que siento en estos momentos es como una sombra helada en mi pecho. Mi respiración es irregular y, por más que trato, el aire se niega a llenar mis pulmones. El temor en sí no es un maldito sentimiento, no, es una presencia tangible que me rodea.
—Esta es la idea, señora. Cuando dé el visto bueno, usted deberá correr y no parar, yo la cubriré. —Niego.
—¡Estás loco! ¿Me estás pidiendo que corra en una maldita balacera?.
—Es ahora o nunca. No tenemos salida, debe perderse en la el bosque. Estoy segura de que este lugar tiene una propiedad espaciosa en la que se pueda esconder.
—¿Y si me pierdo? —Trago saliva.
—Yo la encontraré. El jefe siempre la encontrará, ya sea hasta debajo de la tierra o incluso en el maldito infierno. Estoy seguro de que él mismo diablo le teme.— suelto una risa irónica.
—Prométeme que él volverá conmigo, y que tú también vendrás por mí.— Veo la duda en sus ojos; el silencio nos envuelve.
—Davide...
—Así será, señora.— Asiento.— Ya es hora, debe correr y no parar, de ninguna manera debe detenerse.
—No puedo... no creo que pueda.— Niego.
—Sí, sí puede. Contaré hasta el número tres.
—De acuerdo.— Davide carga su arma y reza antes de empezar la cuenta regresiva.
—Uno... dos.— Los hombres se acercan más. Contengo la respiración, ya preparada para correr.— Tres. ¡Corre!
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Peligroso Deseo +18 [libro 1]
RandomEmily es una chica de bajos recursos que llega a la ciudad de Londres cuando su madre consigue trabajo para la familia Torrance, una de las tres familias más adineradas, no solo de Londres, sino de toda Europa. Ahí es donde conoce a Cole, el hijo he...