Secretos que pesan más que los suspiros, dos corazones agonizantes anhelando ser salvados, aquellos corazones heridos que buscan una cura, al otro.
Unidos por una conexión que desafía las barreras del tiempo, descubren que el amor puede florecer in...
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Jake.
Sostener la mano de Sam mientras entrábamos a aquélla enorme mansión me mantenía tranquilo. Miro como observa la casa con detalle y curiosidad. El sonido de las bocinas a todo volumen la hacen cerrar los ojos se golpe, sonrío cuando se acerca hasta a mí y me Grita al oído.
-¡¡¿Sabes a dónde hay que ir?!!
-¡Tenemos que ir a la barra, ahí es más tranquilo!
-Guíame porque al parecer conoces la casa a la perfección. -Murmura sacándome una sonrisa. Le tomo la mano aún más fuerte y caminamos entre la multitud hasta llegar a la barra.
-¡Amor!, ¡Viniste!. -Mari se interpone entre nosotros y se abalanza a mí como mono, la alejo de golpe al sentir la mano de Sam apretar la mía.
-Si, solo porque mi novia quería venir. -Jalo a Sam de la cintura y la pego a mi.
-Ah, y la trajiste a ella. -Murmura y mira a Sam con desagrado. -Bien, pues no hay nada que podamos hacer. Marcos llegó de España hoy y quería saludarte. Está en la cocina. -Toma mi mano y me separa de Sam. -Te lo robo unos minutos. -Y me jala entre la gente haciéndome perder de vista a Sam, suelto su mano y la sigo a una distancia prudente. Alcanzo a ver a su hermano entre la multitud y sonrío.
-¡Hermano! -Grita el negro de dos metros y me abraza mientras me carga como si fuera un costal de papas.
-¿Podías encogerte un poco? -Río y tomo la cerveza que me ofrecía una vez que me bajó. -Te ves como todo un animal.
-Nada menos para los Coby. -Ríe sonoramente y bebe de su cerveza. -¿Cómo te va?
-Bien, sigo estudiando, ahora socializo más. ¿Y cómo te va a ti?
-Me eligieron para jugar en el equipo nacional. -Sonríe.
-Pero que genial, sabía que lo lograrías. -Chocamos cervezas.
-Si, pero tengo que ir hasta Australia, el equipo entrena allá.
-¿Más lejos?, qué mal, aunque no creo que te moleste, mientras más lejos de tu familia estés mucho mejor. -Río.
-Y tienes mucha razón. -Ríe junto a mí y bebe de su cerveza. -¿Cómo te va en el amor?
-Estoy enamorado. -Sonrío al ver su cara de sorpresa. -No es Joselyn. De hecho, aún no puedo olvidar aquella primera vez que nos vimos, ella sonriente esperando a que le contestara y yo perdido en sus hermosos ojos cafés, esa conexión que se sintió entre los dos me robó el aliento. Recuerdo que no podía evitar sonreír. -Sonrío y suspiro.