Narra Celia.
Cierro el ordenador portátil y lo guardo en mi maletín. Anoto algunas cosas en la agenda y también la guardo. Y ya por último, apago el iPad que estaba cargado y transfiriendo unos vídeos del ordenador grande.
Me levanto y guardo las cámaras bajo llave.
Viernes 22 de noviembre. Mañana el equipo se iba a Vigo. Yo me quedaba, ya que aún no me habían dado el visto bueno para poder viajar con ellos.
Salgo del estudio y bajo directamente a la sala de fisioterapia. Ahí encuentro a Albert tratando a Lamine, que sentía unas molestias.
- Nada más que termine con él, nos ponemos. - me avisa mientras sigue con un masaje fuerte en su pierna.
- Vale, no tengo prisa. -
Me siento en una de las sillas y saco mi móvil. Lamine no iba convocado y el resto de jugadores estaban en la charla previa de partido, y Leo estaba con ellos grabando todo.
El martes salía el primer capítulo y estábamos terminando de perfilarlo, aunque ya estaba perfecto cuando lo habían visto los chicos.
El lunes habría una presentación en el Camp Nou, donde lógicamente tenía que estar.
Lamine se levanta y Albert lo manda con Pau, a que termine de masajearlo.
Me manda sentarme y antes de quitarme el pantalón, toca la rodilla sobre la ropa. - ¿Te duele? -
- Yo creo que sabe cuando estoy estresada. Los días que tengo más lío, parece que hasta se hincha un poco. -
- Puede ser por tener algo de líquido retenido, pero nada preocupante. -
Asentí y ya me manda quitar el pantalón y sin vergüenza ninguna quedo con mi sudadera y con el tanga negro que me había puesto por la mañana.
Comienza con sus ejercicios y en algunos me duele más que en otros. - Último ejercicio Celia, venga. - coge mi pierna con cuidado y comienza a moverla de adelante hacia atrás, y haciendo movimientos circulares con ella, cada vez más rápidos.
- Dios, dios, dios, no puedo más. - me quejo con dolor. Esta vez con mucho dolor.
- Un poco más. Ya sabes, hay que acabar la sesión. -
- Joder me duele muchísimo. -
Estiro mis brazos hacia atrás y me agarro a la camilla. - Venga Albert, dale. - digo para quitarlo de en medio.
- Eso es. -
Hace la última tanda y parece que me va a matar. - ¡AHHH! - un grito fuerte sale de lo más profundo de mi.
Lamine que era el que estaba a mi lado, para lo que estaba haciendo y viene hasta mi. - Me has abrasado, cabrón. - le digo con tono jocoso a Albert.
- Te ha dado bien. - dice Lamine y yo asiento.
- Sabéis cómo funciono, tiene que ser así. También os digo que a ninguno os llevo tan al límite como a ella. -
Deja la conversación a medias porque entran Fermín, Dani, Pablo y Pedri en la clínica. - Hemos oído un grito, ¿qué ha pasado? - pregunta Olmo mientras se apoya en una de las mesas.
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Atracción (Pablo Gavi)
RomanceSon tan distintos que ninguno de los dos sabe cómo pueden llegar a atraerse tanto. Celia y Gavi.