¿Rojiblanco o azulgrana? // H.Fort

53. Maite zaitut

Haizea Mendizabal
11 de junio de 2024

Observo atentamente cómo Héctor descansa, tiene los ojos cerrados y la boca medio abierta respirando lentamente con tranquilidad. Admiro su cara, su mandíbula marcada, sus labios...

–Espero dut zu jakitea baina asko maite zaitut.– Murmuro apoyada en su pecho.

Nunca se lo he dicho tan directo pero realmente espero que lo sepa.

–Ni ere bai.– Susurra asustándome y abre un ojo regalándome una bonita sonrisa.– Lo he dicho bien, ¿verdad?– Asiento aún sorprendida.– ¿Que pasa?

–Primero, creí que estabas dormido. Y segundo, ¿desde cuando sabes euskera?

–Sabes que no puedo dormir hasta saber que tú estás dormida.– Asiento recordando que me lo dijo una vez.– Y estoy aprendiendo euskera desde que me dijiste que tus abuelos y tus padres se comunican mejor así.– Me explica y coloco mis brazos alrededor de su pecho abrazándolo.

–Eres el mejor.– Murmuro.

–Tú sí que eres la mejor. Quiero que sepas que eres mi persona favorita y que jamás te cambiaría por nada del mundo.– Me da un pequeño beso en la frente.

(...)

Héctor Fort

Veo a Haizea mirar hacia los lados asegurándose de que no haya nadie que vaya a reconocerme, ya todos saben sobre nosotros pero me ha explicado que aún le parece incómodo que la gente se nos quede mirando o que incluso nos saquen fotos para después subirlas.

–Venga, vamos.– Agarra mi brazo y empezamos a andar dirigiéndonos a una heladería.

–Yo quería quedarme en casa tumbado en el sofá abrazado a ti.– Me quejo como un niño pequeño mientras la abrazo por detrás y apoyo mi barbilla sobre su cabeza.

–Pero yo quiero mi helado.– Suelto un suspiro como si no tuviera más remedio aunque sea mentira.

Debo decir que no me ha obligado a salir con ella pero no quería quedarme en su casa solo así que si ella sale yo también.

Andamos tranquilamente hasta que Haizea se para bruscamente y noto como se tensa.

–¿Haizea? ¿Todo bien?– Le pregunto con un tono preocupado ante su repentino parón.

–Yo...– Dirijo mi mirada hacia donde está mirando hasta que me doy cuenta de quién es.

Naia

–Haizea, cariño, ignórala. Sé que lo has pasado mal por su culpa pero ya todo está bien, hemos conseguido superar eso juntos así que no dejes que te arruine el día, ¿vale?– Asiente tratando de tranquilizarse pero no lo consigue ya que una tercera voz se escucha.

–¿Haizea?– Me giro viendo a la chica acercarse a nosotros.

–No te acerques.– Con un tono serio le impido dar más pasos.

–Necesito hablar con Haizea.

–No.– Niego sin cambiar mi semblante.

–Es importante.– Insiste.

–Ya he dicho...– Me interrumpe Haizea.