Capítulo 24

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Maratón 2/3

Hasta el amanecer.

~•~

Porque a tu lado, hasta
el infierno es insignificante.

Jake

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Jake.


Con los nervios recorriendome de pies a cabeza emprendo mi camino hasta casa de Sam, enciendo el auto y avanzo suavemente con la mano izquierda del lado de afuera de la ventana, miro la hora mientras golpeteo con mis dedos el volante de manera ansiosa.

8:56

Volteo a ver el asiento de copiloto, trago saliva al ver aquellas rosas rojas envueltas en un papel blanco con destellos dorados.

No eran exactamente los Tulipanes lilas que a ella tanto le encantaban. Y estaba nervioso por no saber si le gustarían o no.

Me estaciono en silencio, respiro fuerte al tener las rosas en mis manos, bajo del carro sin disimulo alguno.

Acomodo un poco mi cabello desordenado y toco la puerta dos veces. Suelto un largo suspiro al oír unos pasos.

—¡Ya voy!. —Aquellos pasos se detienen abruptamente, antes de darme tiempo para preocuparme la puerta se abre dejando entrar una gran oleada de viento a la casa. Sam cierra los ojos y ríe al sentir el viento en su rostro. —Lamento haber demorado, estaba poniéndome estos tacones. —Sonríe enseñándomelos. Simplemente veo como sonríe y sonríe, el resto de el mundo desaparece y solo puedo verla a ella. El corazón se me detiene, mi suspiros se acereleran y mis ojos bailan en su órbita. Parece que mi alma hubiera abandonado mi cuerpo, aquellos ojos cafés que me miraban con cierto destello me quedaron observando. No pude articular ni una palabra e incluso dejé de oír a Sam ya que estaba como un idiota observando lo preciosa que se veía. Aquél vestido negro se apegaba a su cuerpo como una segunda piel.

—Si, sé que siempre uso camisas largas y toda esa tontería, no sabia que me quedaría tan mal. —Murmura mordiendo su labio inferior. —Me cambiaré, solo dame un par de min...

Detengo su palabrería con un beso que me arrebata el aire.

«Aunque si soy sincero desde que la ví ya me había quedado sin el».

Con ese beso, Jake oficialmente había abandonado el planeta tierra.

Sus manos envolviendose suavemente en mi cabello me atraparon por completo, ese toque suave como si de ceda se tratara me estaba volviendo loco.

El aire me llega de golpe cuando Sam se aleja de mí sonriente.

—Ahora tendré que arreglarme el labial. —Ríe y toca mis labios. —Te ves hermosa. —Sonríe e intenta quitar el labial de mis labios.

Una Ilusión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora