Una completa estupidez.

—Lo... lo tomaré en cuenta —respondió en una media sonrisa.

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Mullingar, Irlanda.

Posiblemente habían pasado un poco más de cinco horas desde que Harry emprendió el viaje cuando el avión comenzó con su descenso y las azafatas avisaron que estaban llegando a su destino, pidiendo a los pasajeros que se colocaran sus cinturones.

Harry no fue la excepción, comenzó a despertarse y sintió un repentino mareo y unas ganas interminables de vomitar, efecto de la primera vez que viajaba en un avión. Se tragó su malestar y se colocó su cinturón cuando se lo indicaron.

Poco después el avión aterrizó, la gente se levantó y posteriormente salió por la puerta, Harry intentó hacer lo mismo pero estaba todavía adormecido y había demasiada gente, así que prefirió no moverse hasta que estuviera casi vacío.

Se sentó de nuevo y corrió la cortina de la ventanilla para ver el exterior, estaba completamente oscuro, era de noche. El siguiente día en la mañana tendría que ir a la reunión con un joven llamado Josh Devine, el encargado de la comunidad gay.

La vista desde el aeropuerto no era nada fuera del otro mundo, gente corría de aquí para allá y aviones de metal aterrizaban en la autopista. Pero se sentía muy distinto a cuando estaba en Doncaster. Iría al hotel y se hospedaría, mañana por la mañana hablaría con Josh... Estaba realmente nervioso pero muy feliz.

Finalmente vio que el último en bajar era él así que rápidamente se levantó, tomó su maleta de un compartimiento que se encontraba encima de él y bajó del avión con una sonrisa pintada en su rostro.

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Mientras tanto en un lugar no muy lejano de allí, Niall Horan se encontraba vagando por las calles iluminadas, totalmente sucio y destrozado. Con lágrimas secas en las mejillas y el cabello rubio revuelto.

Había pasado cuatro días completos desde que había dejado su casa y su vida a un lado para irse a la calle, había regresado a la casa de Zayn después de lo que había sucedido, pero no había encontrado a nadie. Ni siquiera los padres de su novio le habían abierto las puertas cuando había tocado y gritado desesperado por saber sobre Zayn, si seguía vivo, si estaba muerto... Nadie lo había ayudado cuando se había desplomado llorando sobre el suelo, y los vecinos lo habían ignorado.

Y no había regresado a casa, no quería ver a sus padres. Aquellos que se habían atrevido a arrebatarle al amor de su vida como si fuera cualquier cosa. Estaba demasiado herido como para volver.

Sin Zayn la vida para él no tenía sentido, cada segundo que pasaba era como si éste estuviera muriendo en vida. La imagen de su novio tirado en el suelo siendo golpeado por su padre lo torturaba y lo perseguía en sueños, despertaba a mitad de la noche siempre, viendo el rostro de Zayn lleno de sangre y soñaba su voz diciéndole ''Por favor, vete''.

Desde que se había ido le habían sucedido tantas cosas, había tenido que robar varias veces para poder comer, había sido golpeado y humillado por todas aquellas personas que se cruzaban en su camino, recibía miradas de asco y desaprobación de la gente que lo miraba e incluso había sido abusado sexualmente una vez por dos hombres. Estaba tan frágil y tan roto como una hoja de papel vieja y amarillenta.

Se aprovechaban de lo escuálido, débil y herido que estaba. De que ya no le quedaban fuerzas suficientes como para luchar contra la marea, se estaba dejando llevar y arrastrar, ahogar...

Si aquella era la libertad, no la quería.

Él sólo quería a Zayn de vuelta. Quería verlo de nuevo, quería escucharlo de nuevo, quería besarlo de nuevo, necesitaba sentirlo, necesitaba sentirse rodeado por sus brazos y que éste le dijera que todo estaría bien si permanecía a su lado. Necesitaba sentir sus brazos, necesitaba sentir el calor que emanaba de su cuerpo.

Detrás del arcoíris ||L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora