—Mierda de ratas. —Se limitó a responder Yoohyeon.

—Supuse que dirías eso. —Se carcajeó, palmeando el hombro expuesto de Yoohyeon—. ¿Qué te parece si entras al ring y enfrentas a cuatro de mis chicas? No creo que te sea difícil, después de todo... solo es mierda de ratas.

Minji sintió a Yoohyeon sonreír contra la piel de su espalda. Permaneció en silencio, con la vista fija en Mingi.

—De acuerdo. Destrozo a estas pobres diablos y me largo.

—Por supuesto.

Minji se levantó seguido de Yoohyeon, quien jaló el cabello de su nuca con fuerza, obligándola a exponer su tráquea. Yoohyeon, con su vista fija en el mecenas, delineó con su lengua el cuello y los labios de Minji, dándole una nalgada antes de alejarse lentamente.

—Tienes una novia muy posesiva. —Comentó con una sonrisa en los labios Mingi.

—No tienes idea. —Minji volvió a sentarse.

—Quizá no me recuerdes muchacha, pero ya nos hemos visto antes. —Mingi frotó su mano sobre el hombro de Minji y bebió de su copa. La castaña lo miró de reojo, con recelo ante lo que podría decir el hombre—. Una vez atendiste a mi hija y ella nunca dejó de hablar de la doctora que le regaló una corona de princesa.

Minji sintió un tirón en su vientre.

—No la recuerdo. —Por supuesto que lo hacía.

—Una lástima.

Mingi se fue y Minji puso cada sentido de su cuerpo en la pelea a realizarse frente a sus ojos. Yoohyeon tenía su cuerpo bañado en una capa de sudor, con sus manos vendadas pobremente y sus pies descalzos. Cuatro mujeres la rodeaban y Yoohyeon ladeó su cabeza de un lado a otro. Antes de que el réferi diera paso a la pelea, la emperadora señaló al lugar donde Minji se encontraba. Su corazón se detuvo en ese preciso instante. Yoohyeon, sin quitar sus ojos de Minji, hizo un puño con la mano que la señalaba y lanzó el primer golpe, enganchando directamente en la quijada de una de sus rivales.

—¿Sabes qué quiso decir con eso? —Preguntó Siyeon sentándose a su lado. Minji quiso decirle que se apartara porque apestaba a perfume barato. Decidió callar—. Sin sus puños, una peleadora no puede defenderse.

—Hm. Entonces, ¿yo soy sus puños?

—¿Y qué mierda voy a saber yo? No tengo idea. Yoohyeon está loca. —Minji sonrió y negó con la cabeza, tragándose la amargura al ver como Yoohyeon hacía caer una a una a las mujeres frente a ella con facilidad—. Realmente odias esto, ¿verdad?

—Sí. No tienes idea cuanto...

—Sua me dijo que sabes sobre la fosa. No te preocupes... La muerte le tiene demasiado miedo a Yoohyeon como para venir a por ella.

Minji soltó un suspiro flojo y asintió. No quería tener una conversación sobre la fosa, solo quería... Dios, no sabía lo que quería, pero no iba a pensarlo en ese momento porque Yoohyeon llenaba cada espacio de su cabeza. Sua llegó hasta ellas y se sentó en el regazo de Siyeon, contando como una peleadora prometió vencer a Yoohyeon para demostrar su sincero amor hacia ella.

—Una lástima. —Susurró Sua viendo a la peleadora en el suelo, empapada en sangre—. ¿Qué vamos a hacer después de esto? Hay demasiada adrenalina en el aire para irnos simplemente a dormir.

—Yoohyeon y yo tenemos... asuntos importantes que hablar.

La rubia rodó los ojos y acurrucó su mejilla en el hombro de Siyeon.

—Solo di que Yoohyeon va a partirte el culo. Maldita suertuda. —Siyeon arrugó el entrecejo y le dio una mirada confundida a Sua, quien no comprendió por qué la miraba así—. ¿Qué? ¿Dije algo malo?

P R I S I O N E R A (Jiyoo)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang